Las autoridades británicas han decidido investigar en profundidad los dos campos de concentración nazis de la isla de Alderney, en el canal de la Mancha, únicas instalaciones de este tipo ubicadas en suelo británico durante la Segunda Guerra Mundial y donde se cree que murieron miles de personas: soviéticos, exiliados españoles y judíos.

El diario británico 'The Guardian' ha sabido que la investigación revisará los listados de presos que fueron asesinados por las fuerzas alemanas en estos campos de concentración que gestionaron las SS y que podrían contarse por miles, según las investigaciones más recientes.

"Ha llegado la hora de que el Gobierno británico y las autoridades de Alderney afronten finalmente el horror de lo que pasó en suelo británico. No puede haber más mentiras, más encubrimientos", ha afirmado la diputada laborista Margaret Hodge, cuyo padre huyó de Alemania por la persecución nazi.

La investigación será llevada a cabo por una comisión de expertos, pero no será anunciada oficialmente hasta dentro de unos días y la decisión al respecto recae en el enviado especial del Gobierno británico para el Holocausto, lord Pickles.

"La diferencia entre las estimaciones es muy grande. Creo que es importante para todos poner los hechos sobre la mesa para que todo sea transparente y se pueda deliberar", ha afirmado Pickles a 'The Guardian'. "Es inútil que la gente se grite unos a otros. Sería mejor tener un debate adecuado y reunir una comisión de expertos internacionales", ha añadido.

La iniciativa coincide con la próxima presidencia de turno de Reino Unido de la Alianza Internacional por el Recuerdo del Holocausto, una red de expertos y cargos políticos de 35 países de todo el mundo. Su secretaria general, Kathrin Meyer, ha resaltado que la investigación "es un paso importante para contar esta historia".

"Afrontar abiertamente y con precisión el Holocausto y la historia de la persecución nazi contra otras minorías en toda sus dimensiones es crucial. Esperamos que los resultados protejan los hechos, por muy incómodos que puedan llegar a ser", ha agregado.

Fuerzas alemanas tomaron las islas del canal de la Mancha en el verano de 1940 después de que las autoridades británicas decidieran retirarse por considerarlas indefendibles. La población fue evacuada y las fuerzas nazis convirtieron Alderney en una prisión gigante para trabajo esclavo.

La mayoría de los internos eran rusos o ucranianos llevados a la costa francesa para construir las defensas del Muro Atlántico proyectado por la Alemania nazi, pero también había judíos, norteafricanos y exiliados españoles.

Los testimonios relatan una política de asesinatos sistemáticos mediante la "exterminación mediante el trabajo", mientras que otros eran torturados, tiroteados o sometidos a inyección letal. Los enfermos o incapaces de trabajar eran enviados a campos de exterminio en la Europa continental.

Las cifras de muertos en Alderney varían mucho según las fuentes, pero incluso las más optimistas la sitúan entre 700 y 1.000 fallecidos y otros estudiosos las sitúan muy por encima. Pese a ello, no se ha procesado jamás a los responsables de este campo de concentración.

El comandante del campo de concentración, Carl Hoffman, fue según la versión oficial británica entregado a la Unión Soviética y fusilado en Kiev. Sin embargo, una investigación periodística británica reveló en 1982 que estuvo bajo custodia británica hasta 1948 y después se le permitió regresar a Alemania, donde murió pacíficamente en su cama en 1974.