Más de 100.000 israelíes asistieron hoy a una nueva jornada de las protestas semanales contra la reforma judicial impulsada por el Gobierno de Benjamín Netanyahu, quien esta semana anunció que avanzaría unilateralmente con su polémico plan. 

Según estimaciones de medios locales, más de 95.000 personas se concentraron en la protesta principal en Tel Aviv, mientras que otros varios miles se manifestaron en distintos puntos del país, incluyendo las ciudades de Jerusalén, Haifa y Beersheva.

Al igual que en protestas anteriores, los asistentes marcharon al grito de "No a la dictadura" o "La democracia triunfará", ondearon incontables banderas israelíes y alzaron carteles con mensajes contra el primer ministro.

Las manifestaciones de este sábado llegan pocos días después de que el mandatario y sus socios de coalición acordaran avanzar de forma unilateral con los trámites legislativos de una reforma que busca otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia, cuya independencia se vería profundamente socavada.

Uno de los primeros proyectos que quieren aprobar prevé la limitación del alcance del concepto de "razonabilidad", mediante el cual el Tribunal Supremo puede someter por iniciativa propia a revisión judicial cualquier decisión gubernamental por considerarla "irrazonable".

Otros proyectos, como un cambio en la composición del comité que selecciona a los jueces del país, quedarían suspendidos hasta el comienzo de las sesiones de invierno del Parlamento en el mes de octubre.

El presidente israelí, Isaac Herzog, instó esta semana al Gobierno y la oposición a que retomen las negociaciones para alcanzar una reforma consensuada, algo que hasta el momento no ha sucedido.

Uno de los aspectos sobresalientes de las protestas de este sábado fueron los mensajes, carteles y banderas en apoyo a la lucha de la población drusa residente en los Altos del Golán -ocupados por Israel a Siria-, que se manifiesta desde hace varios días contra la construcción de un parque eólico en la zona.

Una de estas protestas, a la que asistieron miles de drusos, se saldó el miércoles con doce policías y ocho civiles heridos.

Los manifestantes consideran que la construcción del parque eólico amenaza su salud y su estilo de vida agrícola y representa una invasión de tierras ancestrales y la consolidación de la ocupación del territorio por parte de Israel.

Ante el aumento de estas protestas, Netanyahu anunció este sábado que el trabajo de construcción del parque se interrumpiría durante la próxima semana en ocasión de la festividad musulmana de Eid al Adha. Esta decisión, explicó la oficina del mandatario, fue alcanzada por recomendación del jefe del servicio de inteligencia interior y del jefe de la Policía.