- La masacre de la plaza de Tiananmen cumplió ayer 33 años entre el recuerdo de los familiares de las víctimas, el silencio habitual en Pekín y la prohibición en Hong Kong de la tradicional vigilia conmemorativa. Por tercer año consecutivo, los hongkoneses no pudieron reunirse en el parque Victoria -amaneció completamente acordonado- donde solía celebrarse la conmemoración más grande del mundo de este evento histórico.

La presencia policial alrededor del reciento, situado en la isla de Hong Kong, era ya visible desde el viernes por la noche, cuando sus secciones principales cerraron a cal y canto hasta hoy para evitar reuniones no autorizadas. El fuerte despliegue policial incluía salidas de metro, calles aledañas y las afueras del centro comercial. Los agentes tomaban la identificación a transeúntes vestidos de negro e instaba a quienes tomaban fotografías a abandonar el lugar.