El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, afirmó hoy, durante un discurso a la nación, que ha dado la orden expresa de "disparar a matar", sin previo aviso, contra los manifestantes que vienen ocasionando graves disturbios en los últimos días, a los que calificó de "bandidos", si ofrecen resistencia a las autoridades.

"Di la orden a los órganos de la policía y el Ejército de disparar a matar sin previo aviso", dijo el presidente, al alertar de que no dialogará "con bandidos armados y preparados, tanto locales como extranjeros".

Así, ha tildado de "estupidez" los llamamientos "desde el extranjero" para "una negociación entre los bandos para resolver los problemas políticamente". "¿Acaso es posible negociar con criminales y asesinos?", se ha preguntado, antes de incidir en que las autoridades hacen frente a "criminales armados y entrados, tanto nacionales como extranjeros".

En este sentido, ha hecho hincapié en que "la operación antiterrorista continúa en el país" y ha agregado que "hay un trabajo a gran escala y bien coordinado que está siendo llevado a cabo por la Policía, la Guardia Nacional y el Ejército para establecer la ley y el orden, en línea con la Constitución".

"La situación en Almaty, Aktobe y la región de Almaty se estabilizó ayer. La introducción del estado de emergencia está dando resultados. La legalidad constitucional está siendo restaurada en todo el país", ha asegurado.

"La operación antiterrorista continúa. Los milicianos no han entregado sus armas y siguen cometiendo crímenes o preparándose para ello. La lucha contra ellos debe ser completada. El que no se rinda será destruido", ha advertido.

De momento, el Ministerio del Interior de Kazajistán ha confirmado que al menos 26 participantes en las manifestaciones han muerto, otros 26 han resultado heridos y un total de 3.811 personas han resultado detenidas en relación a los disturbios, de acuerdo con un comunicado recogido por el portal de noticias kazajo 'Vlast' en su cuenta de Twitter.

Entre los detenidos, según el Ministerio, se encuentra Arman Dzhumageldiyev, conocido como 'Armando el Salvaje', identificado por las autoridades kazajas como un líder criminal que podría estar involucrado en los disturbios.

El miércoles, la oficina del comandante de la Policía de Almaty cifró 18 el total de agentes muertos en los enfrentamientos y en 748 el número de militares y miembros de las fuerzas de seguridad que resultaron heridos en los disturbios. Estas cifras todavía no han sido actualizadas.

En este sentido, ha criticado a "los llamados defensores de los Derechos Humanos y activistas que se ponen por encima de la ley y creen que tienen el derecho a reunirse donde quieran y hablar de lo que quieran" y ha manifestado que "debido a las acciones irresponsables de estos activistas, la Policía está distraída de la actividad principal de la aplicación de la ley".

"Los llamados medios libres y figuras extranjeras juegan un papel facilitador e instigador en las violaciones de la ley y el orden, lejos de los intereses fundamentales de nuestro pueblo multinacional", ha dicho, antes de agregar que "puede decirse sin exagerar que todos estos demagogos irresponsables se han convertido cómplices de la tragedia en Kazajistán".

"No hay duda de que nos recuperaremos rápidamente de esta mancha negra en nuestra historia", ha señalado el presidente, que ha apuntado que "lo principal es evitar una repetición de estos sucesos en el futuro".

De esta forma, ha desvelado la creación de un "grupo especial interdepartamental" para "buscar y detener a bandidos y terroristas". "Prometo a nuestros ciudadanos que todas estas personas asumirán su responsabilidad de forma estricta", ha puntualizado.

La ciudad de Almaty es la más afectada por las manifestaciones. Según las autoridades, al menos trece agentes y "decenas" de manifestantes habrían muerto en el marco de los disturbios cuando los manifestantes trataron de irrumpir en varias sedes del Gobierno. El Ministerio del Interior kazajo estima que unas 2.000 personas han sido detenidas en la ciudad.