Estados Unidos ha enviado a su Oficina Federal de Investigación (FBI) a Haití para colaborar en la investigación del secuestro de 17 misioneros de la organización religiosa Christian Aid Ministries, entre los que se encuentran cinco menores.

Las autoridades estadounidenses han responsabilizado del secuestro a una de las pandillas más poderosas de la isla caribeña, en concreto a la banda '400 Mawozo', especializado en los secuestros para pedir rescates. Están especializados en secuestros "colectivos" de grandes grupos de víctimas que viajan en autobuses o coches, según el Centro de Análisis e Investigación de Derechos Humanos (CARDH).

Una fuente de seguridad estadounidense ha indicado a CNN que en septiembre la pandilla secuestró a "varios" camioneros de República Dominicana y continúa reteniéndolos mientras negocia su liberación. En este caso, la organización religiosa ya ha precisado que los secuestrados se han puesto en contacto para iniciar un proceso de negociación.

En este contexto, agentes del FBI han llegado a Puerto Príncipe fletados por un avión estadounidense. El secuestro tuvo lugar el sábado después de que los misioneros, 16 estadounidenses y un canadiense, visitaran un orfanato en Croix des Bouquets, un barrio conflictivo ubicado en el noreste de la capital haitiana.

Así, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, ha señalado en rueda de prensa que el FBI "es parte de un esfuerzo coordinado del Gobierno de Estados Unidos" para que los ciudadanos estadounidenses involucrados en el suceso "estén a salvo".

De igual modo, desde el Departamento de Estado estadounidense han añadido que la Embajada en Haití ha estado "en contacto constante" con la Policía Nacional y con la congregación religiosa, así como con los familiares de los secuestrados.

En este sentido, el portavoz del Departamento, Ned Price, ha remarcado que la institución "es parte de un pequeño equipo que ahora está sobre el terreno" y que ha acudido a la nación caribeña para "trabajar en estrecha colaboración con las autoridades haitianas".

CRISIS DE SEGURIDAD

Haití se enfrenta a una creciente crisis de seguridad, que se une a la crisis política, social y migratoria que atraviesa desde hace meses, especialmente tras el asesinato de su presidente Jovenel Moise.

A este respecto también se ha referido Price, quien ha puesto en valor los "compromisos" de Estados Unidos con las autoridades haitianas, la sociedad civil y otros actores "antes del asesinato del presidente Moise y en las semanas posteriores".

"No es ningún secreto que Haití se enfrenta a graves problemas de seguridad. Es por eso que nuestra Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley ha brindado capacitación a la Policía Nacional de Haití para apoyar su desarrollo como una institución profesional y responsable, mejor equipada para enfrentar algunos de estos desafíos", ha apuntado.

Asimismo, ha remarcado que en la última década se han destinado 312 millones de dólares --casi 270 millones de euros-- para fortalecer la aplicación de la ley y mejorar las condiciones de la Policía Nacional, del mismo modo que en las últimas semanas se han destinado otros 15 millones de dólares --casi 13 millones de euros-- de forma adicional.

Por su parte, el portavoz del secretario general de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, ha trasladado la preocupación del Representante del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en Haití, Fernando Hiraldo, quien ha puesto de manifiesto que "la violencia, los saqueos, los cortes de carreteras y la presencia persistente de bandas armadas" constituyen una serie de "obstáculos para el acceso humanitario".

"La situación se complica aún más por la grave escasez de combustible y la reducción de la oferta de bienes", ha añadido Dujarric, quien ha apuntado también que la violencia de las pandillas en la capital de Haití ha provocado el desplazamiento de "al menos 19.000 personas" y ha afectado "a más de 1,5 millones de mujeres, hombres y niños".