- El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, reaccionó ayer a la decisión del Congreso que enterró su propuesta de adoptar el voto en papel para las elecciones de 2022 y afirmó que algunos diputados fueron “presionados” o “chantajeados”.
La iniciativa del Gobierno en favor de un sistema mixto que combine el voto electrónico con un comprobante en papel fue debatida en la Cámara baja y, de los 308 votos requeridos para su aprobación, obtuvo el apoyo de 229 diputados, con lo que fue archivada y ya olvidada para las elecciones presidenciales del año próximo.
Aún así, Bolsonaro subrayó que, si bien no logró el apoyo necesario, fueron menos los diputados que se pronunciaron en contra, que sumaron 218, en una votación en la que además no participaron unos 60 legisladores. Según el líder de la ultraderecha, eso demuestra que “al menos la mitad” de los 513 diputados “no cree en el voto electrónico”, que Brasil adoptó en 1996 y que hasta ahora no había sido objeto de denuncias de fraudes, en las que Bolsonaro insiste desde hace meses.
“No tengo pruebas”, reconoció, pero reiteró sus dudas respecto al sistema electoral, sobre las cuales garantizó que son compartidas “por la mayoría del pueblo”.
En su opinión, y también admitiendo que no puede probarlo, esas “injerencias” que llevaron a algunos legisladores a rechazar el voto impreso fueron responsabilidad del Tribunal Superior Electoral (TSE), que subrayó una y otra vez la transparencia del sistema electrónico de votación.