- El asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moise, supuso ayer elevar a la máxima potencia el nivel de violencia de un país en el que en el pasado mes de junio, y en la zona metropolitana de la capital Puerto Príncipe, más de 150 personas fueron asesinadas y otras 200 secuestradas. La diferencia -notable diferencia- es que en este caso la víctima es la máxima autoridad del país. De hecho, el propio Moise había pedido apoyo internacional para acabar con la grave crisis de seguridad.
Jovenel Moise fue asesinado por hombres armados que perpetraron un asalto a su residencia de madrugada en el barrio de Pelerin de Puerto Príncipe, informó el primer ministro interino, Claude Joseph. En el asalto resultó herida de bala la primera dama, Martine Moise, que está recibiendo cuidados médicos, según un comunicado leído por Joseph en la radio. “Esta mañana mismo, a la una de la mañana, 7 de julio, un grupo de personas no identificadas, que hablaban en español e inglés, asesinaron al presidente de la República. El presidente ha muerto a causa de sus heridas”, dijo el primer ministro interino. Joseph llamó a la calma de la población y aseguró que la “situación de seguridad del país está bajo control” y condenó el magnicidio, que calificó como “un acto de barbarie”.
El asesinato se produce dos meses antes de las elecciones presidenciales y legislativas convocadas para el próximo 26 de septiembre, unos comicios en los que Moise no podía ser candidato. Moise había convocado para la misma fecha un referéndum para aprobar una nueva Constitución, un proyecto que no contaba con el apoyo de la oposición ni de la comunidad internacional.
Asimismo, Joseph declaró el estado de sitio en el país tras el asesinato del presidente. El primer ministro interino hizo el anuncio en una declaración televisada, rodeado del director de la Policía Nacional, Leon Charles, y otras autoridades, después de presidir un Consejo de Ministros extraordinario, en el que aseguró: “Se han tomado todas las medidas para asegurar la continuidad del Estado”. “Pido a todas las fuerzas vivas de la nación acompañarnos en la batalla, a acompañarnos en la continuidad del Estado”, dijo el jefe de Gobierno, que reiteró que la situación de seguridad del país está “bajo control” por parte de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas y pidió a la población que mantenga la calma.
Las reacciones al asesinato de Moise se sucedieron. La Casa Blanca calificó el hecho como “trágico y espantoso”. “Es una tragedia. Un crimen espantoso”, dijo Jen Psaki, la portavoz de la Casa Blanca. El presidente de la Comunidad del Caribe (Caricom) y primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, convocó a los líderes de las 15 naciones que agrupan el organismo para discutir el futuro de Haití. “Estoy totalmente sorprendido por el asesinato a Moise”, dijo Browne.
Desde la UE, su alto representante para la Política Exterior, Josep Borrell, afirmó sentirse “conmocionado” tras conocer la noticia.