Perfil

- Nacido en 1952 en el norte de Chad cuando el país aún era colonia francesa, tras acabar el bachillerato decidió optar por la formación militar en la Escuela de Oficiales de Yamena, la capital chadiana, y en 1976 obtuvo la licencia de piloto en Francia.

Cuando volvió a su país se unió a las Fuerzas Armadas del Norte (FAN), lideradas por el exdictador chadiano Hisène Habré, que en 1982 llegó al poder mediante un golpe de Estado y transformó las FAN en las Fuerzas Armadas Nacionales de Chad, de las que Déby fue nombrado comandante.

Déby dirigió el Ejército chadiano y demostró sus capacidades como estratega hasta 1986, cuando fue enviado por Habré a la Escuela de Guerra de París, donde permaneció casi dos años perfeccionando sus conocimientos castrenses.

En 1988 fue nombrado jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y consejero militar del presidente, cargos en los que desempeñó un importante papel para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Libia y que puso fin a la guerra en 1989.

Desde su llegada al poder, Déby no se separó del sillón presidencial y se convirtió, hasta su muerte, en el séptimo gobernante no monárquico que más tiempo estuvo en el poder en el mundo.

En 1991, obtuvo el premio europeo Umberto Biancamano por su “compromiso con la instauración con un Estado de derecho y de democracia”, según recoge la web de la Presidencia de Chad.

No obstante, Déby se convirtió en el gran aliado indispensable de Francia y Estados Unidos en el Sahel, especialmente en la lucha contra el yihadismo.

Además, hizo que su país consagre cerca del 30% de su presupuesto a la seguridad y, pese a que desde 2003 es productor de petróleo, Chad destaca como uno de los países más pobres del mundo, situado en el puesto 187 de 189 del Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas de 2020. Ese mismo año, fue nombrado mariscal “por su valentía, sus hechos de armas y su lucha permanente por la paz y la estabilidad dentro y fuera de Chad”.