La Asociación de Ayuda a los Presos Políticos (AAPP) de Birmania estima que más de 80 civiles fallecieron a manos de las fuerzas de seguridad durante una operación de represión desarrollada el viernes en la ciudad de Bago (a unos 60 kilómetros al este de Rangún), según la última actualización de su balance de víctimas en las protestas contra el golpe de Estado del 1 de febrero.
En total, más de 700 personas han fallecido ya como resultado de la represión de los militares birmanos. Las últimas son 82 registradas en Bago y una, este pasado sábado, en la localidad de Tamu, según el balance recogido por los medios birmanos.
La masacre de Bago ha sido calificada por la AAPP como un "crimen de lesa humanidad" que se cuenta entre los días más sangrientos desde el inicio de las protestas contra el golpe militar que culminó con la detención del presidente Win Myint y la consejera de Estado y líder 'de facto' del país, Aung San Suu Kyi, después de que el Ejército denunciara un fraude electoral en contra de sus representantes durante las elecciones de noviembre.
"Es como un genocidio. Están disparando hasta a las sombras. Esta situación es como los incidentes (contra la minoría étnica rohingya) de Rajine. Simpatizamos con la situación en las áreas étnicas. Siento que están cometiendo genocidio contra su propia gente", declaró en su momento Ye Htut, uno de los organizadores de las protestas en la localidad, al portal de noticias Myanmar Now.
De esta manera asciende a 701 el total de muertos confirmados hasta este sábado, 10 de abril, si bien se sospecha que la cifra real es superior. Además, el número de detenidos asciende ya a 3.012, entre ellos 63 personas que ya han sido sentenciadas, según la organización.