- Las fuerzas de seguridad de Birmania han intensificado la represión de las manifestaciones, después de que los defensores de la depuesta líder Aung San Suu Kyi hayan vuelto a las calles de las principales ciudades y se desatasen episodios de violencia en los que los agentes utilizaron pelotas de goma, cañones de agua, gases lacrimógenos e incluso fuego real.
El general al frente, Min Aung Hlaing, prometió este lunes impulsar una “democracia auténtica y disciplinada”, insistiendo en la tesis del fraude en las últimas elecciones y sin nombrar a la líder de facto del Gobierno depuesto, imputada por la supuesta importación de walkie talkies.
La junta militar ha impuesto la ley marcial y ha prohibido las reuniones de más de cinco personas en diez zonas del país, en las que más movilizaciones han registrado desde el pasado fin de semana en el país.