- Ni su yerno es un genio de las finanzas, ni los tipos de interés bajos frenan la inflación, ni Trump será presidente de EEUU los próximos cuatro años. El presidente turco, el islamista conservador Recep Tayyip Erdogan, se ha visto forzado a modificar su política económica e iniciar un tímido acercamiento a la Unión Europea.
El pasado día 7 Erdogan sustituyó al gobernador del Banco Central y colocó en el cargo a Naci Agbal, un exministro de Finanzas. Al día siguiente, Berat Albayrak, todopoderoso ministro de Finanzas y Economía y yerno de Erdogan, anunció su dimisión en las redes sociales, creando una situación de incertidumbre hasta que Erdogan aceptó la renuncia.
La marcha de Albayrak, tras dos años de gestión en los que la lira turca se desplomó y el país eurasiático consumió una gran parte de sus divisas, parece un reconocimiento implícito de los errores en la política económica.
Tras insistir el presidente todo ese tiempo en que los tipos de interés bajo frenan la inflación, y haber forzado a Banco Central a reducir el precio del dinero, lo primero que ha hecho el nuevo gobernador fue subir las tasas del 10,25% al 15% para reforzar la lira.
La caída de Albayrak, fue paralela al anuncio de la victoria de Joe Biden, otro revés para el presidente turco. Con Biden en la Casa Blanca es probable que los conflictos bilaterales latentes, como la compra del sistema antimisiles ruso S-400 por parte de Ankara, se traduzcan en castigos políticos, justo cuando la UE amenaza con sanciones por la confrontación entre Turquía y Grecia en el Mediterráneo oriental por la búsqueda de gas. Por eso, la retirada de Albayrak se interpreta como un intento de recuperar la confianza del mercado e incluso iniciar ciertas reformas políticas.
Tras la marcha de Albayrak, la lira ganó un 10% en sólo cuatro días. Al mismo tiempo, Erdogan subrayó la necesidad de “reformas jurídicas”, un punto en el que Turquía está en el foco de las críticas de la UE por mantener encarcelados a más de cien periodistas y a numerosos activistas, a menudo sin juicio.
Sin embargo, la Policía ha seguido deteniendo a activistas y abogados de la izquierda kurda por supuestos “vínculos terroristas”.
El Gobierno turco incluso ha hecho algún guiño a la UE, como la afirmación de Erdogan de que Turquía se ve “como una parte inseparable de Europa”. Incluso el ministro de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, afirmó que, si Bruselas “aprende de sus errores”, se podrán establecer relaciones positivas y destacó el deseo de Ankara de “un diálogo constructivo con la UE”.
Colaboración. Turquía se negó a colaborar el lunes con la UE en el registro de un barco con destino a Libia en una operación comunitaria de embargo de armas.
Policía turca. Pese a que Erdogan anunció “reformas jurídicas”, la Policía ha seguido deteniendo a activistas y abogados.
El ministro de Exteriores, añadió que Ankara quiere un “diálogo constructivo con la UE”.