- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propuso el sábado a la jueza conservadora Amy Coney Barrett para el Tribunal Supremo en un intento por ganarse el favor de la derecha cristiana, pieza clave de su base electoral de cara a las elecciones.
“Es un honor para mí nominar a una de las mentes legales más brillantes y talentosas de nuestra nación para el Tribunal Supremo”, dijo Trump en una declaración a la prensa desde la Rosaleda de la Casa Blanca. El anuncio del mandatario fue recibido con aplausos por parte del centenar de personas que acudieron al acto.
Trump agradeció a los republicanos, que tienen mayoría en el Senado, su compromiso para garantizar que el proceso de confirmación de Barrett se desarrolle “justamente”.
De ser confirmada por el Senado, esta magistrada cubriría la vacante que dejó en el Tribunal Supremo la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg, fallecida el pasado 18 de septiembre y convertida en un icono progresista.
En declaraciones en la Casa Blanca, Barrett prometió que tendrá presente el legado de Ginsburg, a la que alabó por haber roto los “techos de cristal” impuestos sobre las mujeres y de la que dijo “ha ganado la admiración de las mujeres del país”.
“Amo los Estados Unidos y amo la Constitución de Estados Unidos. Me siento verdaderamente honrada por la perspectiva de servir en el Tribunal Supremo”, afirmó Barrett. Sin embargo, Barrett, católica y de 48 años, es la antítesis de Ginsburg sobre todo en lo que se refiere al aborto: la fallecida jueza protegió ese derecho a toda costa, mientras que la nueva magistrada se ha posicionado en varias ocasiones a favor de restringir el acceso al aborto. A pesar de eso, Barrett nunca ha llegado a decir expresamente si anularía el fallo judicial de 1973 con el que el Tribunal Supremo legalizó el aborto en Estados Unidos.
El Tribunal Supremo de Estados Unidos está compuesto por nueve jueces con puestos vitalicios y que tienen el poder de cambiar las leyes del país. En concreto, juegan un papel crucial en temas como el aborto, los derechos de los migrantes, la privacidad, la pena de muerte y la tenencia de armas.
La muerte de Ginsburg dejó a la corte con tres jueces progresistas y cinco conservadores.
Por tanto, si Barrett consigue llegar al Tribunal Supremo, Trump habría conseguido inclinar definitivamente la balanza a favor de los conservadores, que tienen mayoría en la corte desde 1972.
Poco después del anuncio de Trump, el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, pidió al Senado que no confirme a Barrett antes de que se conozca el resultado de las elecciones de noviembre.
“El Senado no debería actuar sobre esta vacante hasta después de que el pueblo estadounidense seleccione a su próximo presidente y al próximo Congreso”, manifestó Biden en un comunicado.
La posición de los demócratas es que el Senado no debería confirmar a Barrett para el Tribunal Supremo debido a la cercanía de las elecciones, para las que faltan solo 38 días.
Sin embargo, los republicanos tienen mayoría en el Senado y su líder, Mitch McConnell, se comprometió a someter a voto a la candidata del mandatario para el Tribunal Supremo. Según el diario The Hill, el comité judicial del Senado tiene previsto empezar el 12 de octubre una serie de cuatro audiencias para evaluar la candidatura de Barrett.
“Me siento verdaderamente honrada por la perspectiva de servir en el Tribunal Supremo”
Jueza federal de los Estados Unidos