El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció este viernes que Serbia y Kosovo han decidido normalizar sus relaciones económicas después de dos días de conversaciones en Washington, que han desembocado en otros dos acuerdos: uno para que Belgrado traslade su embajada a Jerusalén y otro para el reconocimiento mutuo de Kosovo e Israel.
"Serbia y Kosovo se han comprometido a la normalización económica", anunció Trump en una ceremonia en el Despacho Oval y a la que asistieron el presidente serbio, Aleksandar Vucic, y el primer ministro kosovar, Avdullah Hoti, cada uno a un lado del mandatario estadounidense.
"Después de una trágica y violenta historia y años de negociaciones fallidas, mi Administración ha propuesto una nueva forma de tender puentes. Al enfocarnos en la creación de empleos y de crecimiento económico. Los dos países han logrado un gran avance", afirmó el mandatario.
Trump, que siempre presume de su capacidad para lograr tratos, se atribuyó el éxito del acuerdo y consideró que "tomó décadas lograrlo porque nadie lo intentó conseguir antes".
Asimismo, el mandatario anunció que Kosovo e Israel han acordado la normalización de sus relaciones y el establecimiento de relaciones diplomáticas; mientras Serbia abrirá este mes una oficina comercial en Jerusalén, como ya estaba previsto, y además en julio del año próximo trasladará su embajada a Jerusalén.
En declaraciones a la prensa en el Despacho Oval, Vucic agradeció el esfuerzo a Trump, quien dijo ha hecho un "gran trabajo", y le invitó a visitar Serbia, en el que sería el primer viaje de un presidente estadounidense desde Jimmy Carter (1977-1981). Por su parte, Hoti consideró que la normalización de relaciones económicas es un gran paso hacia adelante.
El anuncio se produce después de dos días de conversaciones de alto nivel entre los líderes de Kosovo y Serbia y funcionarios estadounidenses, incluido Richard Grenell, director interino de Inteligencia Nacional y que en 2019 fue nombrado por Trump como enviado especial para las negociaciones entre Serbia y Kosovo.
Kosovo declaró su independencia de Serbia en febrero de 2008, nueve años después de la OTAN llevara a cabo una campaña de bombardeos aéreos durante 78 días para detener la violencia del régimen del autoritario Slobodan Milosevic contra la población albanokosovar.
Washington lideró esos bombardeos y es el principal valedor de la independencia de Kosovo, aceptada por más de un centenar de países, entre ellos EE.UU. y la mayoría de la Unión Europea. Sin embargo, Belgrado no reconoce la soberanía de su exprovincia.
Desde 2011, bajo el auspicio de la UE, Serbia y Kosovo llevan a cabo un diálogo que ha logrado escasos avances y fue retomado en julio pasado tras un año y medio de suspensión.
El objetivo de esas negociaciones es llegar a un acuerdo íntegro y jurídicamente vinculante entre Serbia y Kosovo.