- El gobernador de Wisconsin, Tony Evers, y el alcalde de Kenosha, John Antaramian, solicitaron a Donald Trump que no visite esa ciudad, donde una semana de disturbios raciales causaron dos muertes. En ciudades de todo el país, grupos de simpatizantes del presidente se hicieron presentes en las calles armados con fusiles de asalto, pistolas y abundante munición. Trump aprovechó los disturbios para reforzar su mensaje de ley y orden de cara a los comicios del 3 de noviembre, en los que busca la reelección, en tanto que la campaña de su rival, el demócrata Joe Biden, le acusó de incitar a la violencia.
El gobernador Evers le envió una carta a Trump solicitándole “respetuosamente que reconsidere” su visita a Kenosha, donde Jacob Blake, un hombre negro de 29 años, resultó gravemente herido al recibir siete disparos de un policía blanco.
“Yo y otros líderes de la comunidad estamos preocupados por lo que la presencia de Trump pueda significar para Kenosha y para nuestro estado”, escribió Evers. “Me preocupa que solo sirva para hacer más difícil nuestra recuperación”, agregó.
Por su parte, el alcalde Antaramian dijo, en una declaración, que “si bien las visitas de presidentes son siempre bienvenidas en esta ciudad, este no es el mejor momento para una visita”. “Estamos enfocados en superar esta situación, en unirnos como una comunidad, y en reconstruir” aseguró el alcalde. “En Kenosha es mucho lo que tenemos que hacer para escuchar y comprender, y temo que una visita del presidente demorará esta labor”, agregó.
A pesar de las solicitudes de diferentes autoridades de Wisconsin para que el presidente de EEUU no visite Kenosha, la Casa Blanca confirmó ayer el viaje de Trump a Kenosha hoy martes.
“Este presidente se muestra. Este presidente está fuera, reabriendo el país, mostrando su respeto al pueblo estadounidense, yendo a lugares donde los estadounidenses están sufriendo. Siempre aparecerá”, indicó la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, a la cadena de televisión Fox News.
La portavoz adelantó que durante la visita, Trump se reunirá con miembros de las fuerzas de seguridad y comprobará de primera mano los daños en la localidad por los disturbios. En principio, no figura en su agenda un encuentro con la familia de Jacob Blake, el hombre herido grave el pasado 23 de agosto por los disparos de la policía. “Estamos haciendo esfuerzos para contactarlos”, explicó McEnany.
El padre de Blake reveló la semana pasada que había hablado con el candidato demócrata a la Presidencia, Joe Biden, y la aspirante a vicepresidenta Kamala Harris, pero que no había hablado con Trump y no tenía interés.
Mientras tanto, 3.200 kilómetros al oeste en la ciudad de Portland (Oregón) un hombre falleció por un disparo en el pecho después de que el sábado se enfrentaran simpatizantes de Trump con miembros del movimiento Black Lives Matter.
Donald Trump culpó al alcalde de Portland, el demócrata Ted Wheeler, de la situación en esa ciudad.
“Portland es un desastre, y lo ha sido por muchos años. Si esta broma de alcalde no la limpia, ¡entraremos y lo haremos por ellos!”, amenazó Trump en Twitter.
En otro mensaje de la red social, el presidente cargó contra los alcaldes y gobernadores de “la izquierda radical”. “Los gobernadores y alcaldes de la izquierda radical en ciudades donde esta violencia está pasando, han perdido el control de su Movimiento. Se supone que no iba a ser así, pero los anarquistas y los agitadores se dejaron llevar y no escuchan más ¡incluso han forzado a Joe (Biden) el lento a salir de su sótano!”, indicó.
El demócrata declaró en contra del actual presidente de EEUU desde Pittsburgh, Pensilvania, en un acto electoral. “¿Alguien cree que habrá menos violencia en EEUU si Trump es reelegido?”, resaltó el candidato demócrata.