- Los exámenes practicados al opositor ruso Alexei Navalni en el hospital universitario de La Charité en Berlín refuerzan la idea de que hubo un envenenamiento, informó ayer el centro médico. "Los hallazgos clínicos apuntan a una intoxicación con una sustancia inhibidora de colinesterasa", declaró la clínica.
La sustancia concreta no ha podido precisarse todavía, pero el hospital afirma que los efectos tóxicos han sido confirmados en varios laboratorios independientes. Los inhibidores de colinisterasa retrasan la degradación de un neurotransmisor y se utilizan en terapias de Alzheimer pero también pueden llevar a una permanente e incontrolable tensión muscular.
Navalni continua en coma, pero, según La Charité, actualmente su vida no está en peligro. Los médicos de La Charité practicarán otros análisis más profundos para precisar cuál pudo haber sido la sustancia que causó el colapso de Navalni, que obligó al que el avión en el que viajaba aterrizara de emergencia en Omsk (Siberia). Posteriormente, por iniciativa de la ONG Cinema for Peace, Navalni fue trasladado a Berlín en estado de coma.
Navalni está siendo tratado actualmente con un antídoto y el desarrollo de la enfermedad, según la clínica, no es fácilmente previsible y no se pueden descartar secuelas en el sistema nervioso. En Omsk los médicos rusos habían asegurado que todo apuntaba a que el colapso de Navalni se debía a un desorden metabólico. Los colaboradores de Navalni han sostenido desde el comienzo la teoría del envenenamiento.
Antes de que se conocieran los primeros resultados de los exámenes, el portavoz del Gobierno alemán, Stefen Seibert, había dicho que consideraba que había "cierta probabilidad" de que se tratase de un envenenamiento y recordó otros incidentes similares "en la historia reciente rusa". No mencionó ningún caso concreto, pero apuntaba, entre otros, al envenenamiento con un gas nervioso militar de fabricación rusa del antiguo agente ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia en marzo de 2018 en Salisbury (Reino Unido). Medio año después fue el activista ruso Piotr Verzílov, que alcanzó notoriedad internacional al saltar al campo durante la final del Mundial de fútbol de Rusia entre Francia y Croacia, quien tuvo también que ser trasladado a La Charité de Berlín por un presunto envenenamiento.
Seibert recalcó que Alemania accedió a acoger al paciente por petición expresa de la familia y afirmó que el traslado de Navalni en avión medicalizado desde la ciudad siberiana de Omsk a Berlín -más de 4.500 kilómetros- y su ingreso en La Charité fue una "iniciativa privada".