- A partir de 2021, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, tendrá que acudir tres veces por semana como acusado al juicio por corrupción que ayer tuvo su segunda vista.
El jefe del Gobierno israelí no tuvo que asistir a la audiencia de ayer, de la fase probatoria, en el Tribunal de Distrito de Jerusalén, donde se congregaron una decena de ciudadanos en apoyo al primer ministro, aunque también miles de personas organizaron protestas contra él.
La vista de ayer sigue a la celebrada en mayo, cuando Netanyahu no pudo evitar la foto sentado en el banquillo, acusado de cohecho, fraude y abuso de confianza en tres casos separados de corrupción.
Su abogado defensor, Yossi Segev, solicitó ayer un aplazamiento del juicio, argumentando: "Será difícil para mí enfrentarme a un testigo con mascarilla y ver si está diciendo la verdad".
La fiscal general del Estado adjunta, Liat Ben Ari, reprochó a los letrados que durante los meses previos no habían solicitado ver el material de la investigación, por lo que consideró que la petición no estaba justificada, informó el digital Ynet.
Finalmente el Tribunal estableció el inicio de los interrogatorios a testigos a partir del mes de enero, en lo que se prevé que será un largo juicio.
Netanyahu se enfrenta a tres casos de corrupción por recepción de regalos a cambio de favores y por supuestos tratos para recibir una cobertura positiva de los medios; y está acusado de cohecho -por el que se contemplan hasta diez años de prisión- y de fraude y abuso de confianza, que está penado con hasta tres años de cárcel.
La pandemia ha marcado este histórico juicio que sienta por primera vez a un jefe de Gobierno israelí en activo en el banquillo de los acusados.
La paralización del sistema judicial por el covid retrasó el inicio del proceso de marzo a mayo, cuando Netanyahu asistió a la vista con mascarilla.
El primer ministro cargó entonces contra los periodistas de izquierdas, cuestionó las pruebas presentadas que considera "fabricadas" y denunció "chantaje" a los testigos.
En los interrogatorios a partir de enero todos los acusados, entre ellos Netanyahu, deberán estar presentes. Un panorama que previsiblemente no ayudará a recomponer su imagen pública.