- Trípoli afronta la fase más severa e inhumana del asedio levantado hace un año por el mariscal Jalifa Hafter, tutor del gobierno no reconocido en el este y hombre fuerte del país, privada desde ayer del suministro de electricidad, de agua corriente y de gas, y escenario de combates diarios en los barrios del sur.
En un comunicado enviado a los medios, el llamado Gobierno libio del Acuerdo Nacional sostenido por la ONU en la capital (GNA) denunció que milicias vinculadas al mariscal (LNA) irrumpieron en la central de Sidi Al Sayeh y cerraron la válvula principal, dejando sin suministro de gas a las estaciones eléctricas que surte a los barrios de la zona oeste y sur.
También a amplias zonas de la ciudad-estado de Misrata, aliada del GNA en la ofensiva Volcán de la Ira, y a otras ciudades “que se encuentran en completa oscuridad”, explicó una fuente de esta plataforma de milicias.
La Compañía de Electricidad General de Libia confirmó ayer la interrupción del suministro en el gasoducto de Sidi Al Sayeh y aseguró que la acción había hecho descender en 1.000 megavatios la potencia. “La situación de la red eléctrica es trágica. Estamos trabajando desde la noche para reconstruir la red eléctrica”, explicó la compañía, que pretende sustituir la potencia perdida con electricidad procedente de las centrales de Al Zawiya, ciudad situada en la costa oeste, próxima a la frontera con Túnez, y Ubari, en el extremo suroccidental.
Mustafa Sanallah, director de la Compañía Nacional del Petróleo (NOC), detalló, por su parte, que la explosión que destruyó la válvula LVS-5 en Sidi al Sayed, fue resultado de un “acto intencionado”.
La interrupción del suministro eléctrico es el último drama que se suma a la trágica situación que padece la población en Trípoli y sus alrededores después de que la semana pasada un grupo armado irrumpiera en la central hídrica de Sherif y obligara a los operarios de la misma a cerrar todas las válvulas. “La acción ha dejado sin agua a Tripoli, Gharyan, a todas las ciudades de las montañas de Nafusa, Tarhouna y Bani Walid”, denunció entonces la Autoridad del Río Hecho por el Hombre, el proyecto con el que el derrocado y asesinado Muamar al Gadafi pretendía llevar agua al desierto.
Aunque la institución evitó indicar qué milicia se había apoderado de la central, el GNA acusó a las tropas de Hafter, que asedian la ciudad desde el 4 de abril de 2019.
Desde entonces la guerra civil ha devenido en el primer conflicto multinacional totalmente privatizado de la historia reciente, dominado por el pulso entre Rusia y Turquía.