Buenos Aires - El presidente argentino, Mauricio Macri, dio ayer un cambio de rumbo para intentar revertir en los comicios de octubre la derrota que sufrió en las primarias del pasado domingo y anunció medidas para paliar los efectos de la crisis económica y las turbulencias en los mercados financieros. En un mensaje televisado, Macri hizo autocrítica, aseguró que ha entendido el mensaje de las urnas que le dieron la espalda y pidió disculpas por su reacción en una rueda de prensa el pasado lunes ante el revés electoral. Tras la contundente victoria en las primarias del candidato presidencial Alberto Fernández, que coloca al peronismo a un paso de volver al poder, se ha vivido un terremoto en los mercados financieros, que apoyan a Macri, quien responsabilizó de estas turbulencias al temor que despierta en los inversores el aspirante opositor.

“Sepan que respeto profundamente a los argentinos que votaron otras alternativas. A los que votaron por nosotros en el 2015 y esta vez eligieron no acompañarnos. Que ello haya sucedido es pura y exclusivamente responsabilidad mía y de mi equipo de Gobierno”, aseguró. Además, Macri abogó por el diálogo con el resto de candidatos presidenciales “para que transmitamos tranquilidad en este proceso electoral” y pidió “mantener líneas abiertas y no entender esto como una pelea entre enemigos, sino como una discusión entre rivales en el marco de nuestra democracia”.

Sin embargo, Fernández descartó reunirse con Macri y advirtió de que las medidas anunciadas llegan tardíamente y sin medir las consecuencias. “No tiene sentido que nos reunamos porque no nos vamos a poner de acuerdo. Y porque además yo no me quiero hacer partícipe de sus decisiones porque entonces a la Argentina, ¿qué opción le queda si todos hacemos lo mismo y pensamos igual?. Yo no pienso como el presidente”, afirmó Fernández, quien lleva como compañera de fórmula a la senadora y exmandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).

Macri aseguró que las medidas que ha adoptado y que tienen un coste fiscal cercano a los 40.000 millones de pesos (unos 690 millones de dólares) se deben a que escuchó el mensaje de las urnas y señaló que “van a traer alivio a 17 millones de trabajadores y sus familias”. Entre las medidas destaca el aumento del salario mínimo (actualmente es de unos 12.500 pesos, unos 215,51 dólares, al mes), que favorecerá a unos 2 millones de trabajadores, así como un alivio en el tributo a las ganancias que pesa sobre los sueldos.

Para definir el porcentaje final de esta subida del salario mínimo, el Gobierno convocó para al Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil, del que forman parte el Estado, los trabajadores y las empresas. A los empleados de la administración pública, de las fuerzas armadas y de las fuerzas de seguridad se les otorgará un bono de 5.000 pesos (86,20 dólares) al mes. Las medidas también apuntan a las pymes y, para ayudarlas, implementarán un plan que les permitirá “pagar en diez años las deudas impositivas”. El mandatario anunció, además, la congelación del precio de los combustibles por 90 días y el aumento del importe de las becas de estudio.

Según los analistas, la clave de la derrota de Macri fue la crisis económica que agobia a los argentinos, a la que se suma ahora la hecatombe financiera que hace prever que la devaluación del peso ante el dólar, que este lunes se incrementó un 19%, y el martes profundizó su escalada, con un avance del 5,45%, se traslade rápidamente a los precios de bienes de consumo masivo y golpee a la actividad económica en general, en recesión desde abril de 2018.

Con estas medidas, Macri espera recuperar el apoyo que perdió en las primarias de agosto, de cara a los comicios del 27 de octubre. En su mensaje, Macri aseguró que su tarea como presidente es “trabajar siempre para cuidar la gobernabilidad”, y añadió que entiende “el enojo” y “el cansancio” de los ciudadanos. “Como presidente de los argentinos, estoy acá para seguir dando pelea por ese futuro que todos nos merecemos. Por eso les digo, ¡Vamos argentinos! A no aflojar, que vamos a salir de esta como salimos muchas veces”, concluyó.

Las medidas anunciadas por el Gobierno no calmaron los mercados y el peso abrió ayer a la baja por tercera jornada consecutiva, mientras que el riesgo país también seguía con su escalada, aunque a un ritmo menor que en los dos últimos días.