Washington - Las autoridades de EEUU aseguraron ayer domingo que están tratando la investigación del tiroteo que el sábado dejó al menos 20 muertos en un centro comercial El Paso (Texas), ciudad fronteriza con México, como un caso de “terrorismo doméstico” y “delito de odio”.

El fiscal del distrito de El Paso, Jaime Esparza, anunció que buscará la “pena capital” para el hombre acusado de la matanza, que además dejó al menos 26 heridos. “Estamos tratando esto como un caso de terrorismo doméstico y vamos a hacer lo que hacemos a los terroristas en este país, que es ofrecer una justicia rápida y segura”, indicó John Bash, fiscal federal para el distrito oeste de Texas, quien compareció junto a Esparza en rueda de prensa.

Previamente los investigadores habían apuntado a un posible vínculo del sospechoso, Patrick Crusius, con un manifiesto publicado en Internet que alerta de “la invasión hispana de Texas”. Crusius, de 21 años, se encuentra detenido en la cárcel del condado de El Paso.

Texas es uno de los estados que cuenta con pena de muerte, por lo que la sentencia podría conllevar la ejecución del acusado.

El Paso es una ciudad fronteriza con México con cerca de 700.000 habitantes y, según datos del censo, más del 80% de la población es de origen hispano.

El Departamento de Policía de El Paso publicó ayer un mensaje en el que instaba a los ciudadanos a llevar a cabo donaciones ante la “necesidad urgente de sangre” para ayudar a los heridos.

Robert Curado, residente en la ciudad y testigo de lo ocurrido, explicó en declaraciones al diario local El Paso Times cómo se escondió junto a su madre entre dos máquinas expendedoras fuera del establecimiento cuando el sospechoso les apuntó con el arma.

“Allí es cuando el individuo intentó dispararme, pero falló porque como que me agaché”, indicó.

David Shimp, director ejecutivo del centro médico Del Sol, uno de los hospitales al que se trasladaron los heridos, informó en un correo electrónico de que sus servicios de emergencia habían recibido a once heridos de entre 35 y 82 años. - Efe