Caracas - El Parlamento venezolano, mayoritario de oposición, pidió ayer el respaldo del pueblo y de los militares para avanzar en una transición política y cesar la “usurpación” en el poder de Nicolás Maduro, quien jurará hoy de nuevo como presidente, lo que le mantendrá en el cargo hasta 2025.
En la sesión ordinaria de ayer, la primera del año después de la instalación de la Cámara el pasado sábado, su presidente, Juan Guaidó, remarcó que el Legislativo precisa del respaldo de todos los sectores para lograr “las condiciones para un gobierno transitorio y nuevas elecciones dentro del marco de la Constitución”.
“Por eso le hablamos a los militares, a la base política del (gobernante) Partido Socialista Unido de Venezuela, por eso le hablamos al pueblo de Venezuela porque necesitamos de su participación”, dijo Guaidó.
Los diputados debatieron un anteproyecto de ley de transición, que el jefe del Parlamento estimó, buscará “ejecutar políticamente” un cambio de Gobierno que “sea efectivo en la solución de los problemas de la gente”, y remarcó que los diputados buscan no solo “llenar el vacío” que dejará la “usurpación” de Maduro como presidente, sino cesarla.
Guaidó confirmó que el Parlamento no juramentará hoy a Maduro y que el Legislativo tiene el respaldo de la comunidad internacional, la Iglesia católica y el pueblo venezolano “para juntos lograr el respeto al estado de derecho, los derechos humanos y restituir el orden constitucional”.
Así se posicionó ayer la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) al considerar “ilegítima por su origen” el nuevo mandato de Maduro. “Abre una puerta al desconocimiento del Gobierno porque carece de sustento democrático en la justicia y en el derecho”, afirma la exhortación de los obispos. La Iglesia católica venezolana denuncia que el país vive “un régimen de facto, sin respeto a las garantías previstas en la Constitución y en los más altos principios de dignidad del pueblo”.
En el otro lado, la cúpula militar adelantó que no escuchará la llamada del Parlamento, y prometió a Maduro “su irrestricto apoyo y lealtad absoluta” ante su nuevo mandato. El ministro venezolano de Defensa, Vladimir Padrino, leyó un comunicado junto a una parte del Alto Mando militar en el que, además, rechazó el “entreguismo” por el que acusó a dirigentes opositores, a los que señaló como traidores a la patria por presuntamente alentar actos hostiles contra el Gobierno chavista, en el poder desde 1999.
Maduro ganó por amplio margen y en medio de alta abstención los comicios presidenciales de mayo pasado, a los que no se presentó el grueso de la oposición por considerar que eran fraudulentos y estar, al tiempo, inhabilitados o presos sus principales líderes, como Henrique Capriles o Leopoldo López.
Varios gobiernos de América y Europa han advertido de que no reconocerán el nuevo Gobierno de Maduro, señalado ya por algunos como un régimen dictatorial bajo el cual el país entró en su peor crisis económica. Maduro ha contestado que no aceptará “chantajes” y que jurará un nuevo mandato junto a los militares, el pueblo y los países de la comunidad internacional que lo respaldan, como Turquía, Cuba o Nicaragua.
Por su parte, el Supremo venezolano convocó a Maduro para investirlo en un acto que el chavismo ha dicho será una “fiesta nacional”.
El presidente del máximo tribunal, Maikel Moreno, aseguró que el líder chavista no va a tomar juramento ante el Parlamento, como indica la Constitución, por encontrarse este foro en “desacato”. -Efe