Seúl - Familiares de las dos Coreas se reencontraron ayer tras casi siete décadas separados por la guerra, en la primera ronda de encuentros de este tipo organizada desde 2015 y que se celebra en medio de un ambiente de reconciliación entre Norte y Sur. Seúl y Pionyang organizan esta semana una nueva ronda de encuentros entre familias que quedaron divididas a ambos lados de la frontera tras el conflicto civil (1950-1953), mientras quedan cada vez menos coreanos con vida que hayan experimentado en sus carnes el drama de la separación de la península.

Un grupo de 89 surcoreanos cruzó ayer la militarizada demarcación entre Norte y Sur con destino a un hotel del monte Kumgang, en la costa suroriental norcoreana, donde les aguardaban 180 familiares residentes en el país vecino y a los que no habían visto desde hace décadas.

Estos reencuentros temporales, que se prolongarán durante tres días y permitirán a los familiares reunirse durante un total de once horas, tienen este año un carácter especialmente emotivo debido a la avanzada edad de los participantes y al actual ambiente de acercamiento entre Norte y Sur. La mayoría de los varios centenares de surcoreanos que asistirán a los encuentros de esta semana tiene entre 70 y 80 años -el de edad más avanzada es una anciana de 101 años-, según datos del Ministerio de Unificación de Seúl.

Uno de los participantes, Hwang U-sok, afirmó que no pudo conciliar el sueño en la víspera debido a los nervios antes de reencontrarse con su hija, que vive en el Norte, en declaraciones a los medios locales que viajaron junto a los familiares. El anciano señaló que será “su única oportunidad” para volver a ver a su hija, de la que se separó cuando ésta tenía tres años.

El número de surcoreanos registrados para solicitar plaza en las reuniones era de 132.124 en mayo (de los que el 86% tiene 70 años o más), aunque se cree que menos de 57.000 siguen vivos. - Efe