Berlín - La Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) no quiere la presencia de la canciller, Angela Merkel, en la campaña para las próximas elecciones regionales en ese próspero Land, informa el dominical del diario Die Welt, en medio del pulso entre la líder alemana y la formación bávara. “A mi mitin final no acudirá una canciller federal, sino un canciller”, afirmó el jefe del Gobierno regional, Markus Söder, de acuerdo con ese rotativo conservador, según el cual dicha alusión se refiere al austríaco, Sebastian Kurz. Söder se reunió esta semana con Kurz, lo mismo que hizo anteriormente el líder de la CSU y ministro del Interior, Horst Seehofer, quien exige de Merkel una línea más restrictiva a la política de asilo.
El acercamiento entre la formación bávara y el canciller austríaco, al frente de una coalición con la ultraderechista FPÖ, forma parte del desafío persistente de la CSU a la línea de Merkel.
La líder alemana ha dejado reiteradamente claras sus diferencias con Kurz, especialmente en materia migratoria, además de insistir en que no aceptará vías unilaterales ni el cierre de las fronteras que exige Seehofer.
El detonante de las tensiones entre la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y la CSU bávara es el llamado plan maestro de Seehofer, que pretende devolver a los refugiados sin perspectivas de ser reconocidos como tales al país donde se registraron al ingresar en la UE.
Desde el partido bávaro se ha amenazado con la ruptura del bloque que la CSU y la CDU forman desde 1949, con sus consiguientes efectos en la coalición de Gobierno de Merkel, formada en marzo tras un trabajoso proceso negociador con los socialdemócratas.
Seehofer emplazó el pasado lunes a la canciller a consensuar una solución a escala europea en la próxima cumbre de la UE, el 28 y 29 de junio, y amenazó con implantar unilateralmente controles fronterizos, de no lograr ese objetivo.
La líder del Partido Socialdemócrata (SPD), Andrea Nahles, calificó ayer la línea de Seehofer de un “peligro para Europa” y advirtió de las consecuencias que tendrá una ruptura no solo para el país, sino para el conjunto de la UE. En el trasfondo de estas tensiones están las regionales del próximo otoño en Baviera, el Lander donde la CSU es partido dominante desde hace décadas y donde la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) podría convertirse en segunda fuerza. A escala nacional, el cisma interno ha hecho perder posiciones a la CDU/CSU, según un sondeo difundido ayer, que coloca al bloque conservador en un 31% -dos puntos por debajo de la semana anterior-, mientras que los socialdemócratas siguen en el mínimo histórico del 18 %.- Efe