MADRID. Las ONG criticaron el caos que impera en el Mediterráneo, después de que Italia y Malta se nieguen a acoger a personas socorridas en el mar, mientras que la nave de la organización alemana Lifeline sigue a la espera de indicaciones para desembarcar en algún país a los 230 rescatados que lleva a bordo.

Lifeline socorrió la noche del pasado miércoles a más de 200 personas en aguas próximas a Libia y al día siguiente participó en otro rescate de más de 110 migrantes, que fueron trasladados al buque mercante Alexander Maersk, de bandera danesa.

En estos momentos, ambas embarcaciones están bloqueadas en el Mediterráneo: la de Lifeline tiene a bordo a unos 230 rescatados y está próxima a Malta, mientras que el mercante lleva otros 113 y se encuentra cerca de Pozzallo, en la isla italiana de Sicilia.

"Ambos carecen de un puerto seguro asignado por el momento y permanecen a la espera en aguas internacionales", confirmó la ONG en un comunicado.

El portavoz de Lifeline, Axel Steier, explicó hoy a Efe que la situación a bordo es de calma, "no hay ningún herido grave" y entre los migrantes hay al menos cuatro niños que van acompañados de sus familias.

Indicó que disponen de provisiones hasta el lunes, aunque las ONG Sea-Eye y Sea-Watch van a mandar próximamente un barco con suministros.

"Debido a que los Estados europeos responsables no han proporcionado una solución, Sea-Eye y Sea-Watch enviarán un barco con suministros a la posición de (la nave de) Lifeline en aguas internacionales para mantener la situación estable", señaló la organización en una nota.

Esta situación recuerda a la que sufrió recientemente el barco Aquarius, de las ONG SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras, que tras las negativas de Italia y Malta tuvo que desembarcar a 630 rescatados en España.

"Si a las personas más vulnerables, víctimas de malos tratos inimaginables, se las califica públicamente de 'carne humana' y, lo peor, no se hace nada para evitarlo, tenemos un gravísimo problema de humanidad. Es devastador ver que los episodios más negros de la historia se repiten", denunció hoy en Twitter la ONG española Open Arms.

Esta organización se refería así a las palabras pronunciadas el jueves pasado por el ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, quien llamó a los voluntarios de Lifeline "desgraciados" por rescatar a las más de 200 personas que su barco lleva a bordo y "cargar su cantidad de carne humana" en lugar de no intervenir, como les pedía la Guardia Costera italiana.

A las críticas de Open Arms se han sumado las condenas de otras ONG, empezando por la propia Lifeline, que reprochó la falta de responsabilidad de los países europeos y pidió que la cumbre informal de mañana en Bruselas sirva para que la UE "detenga el juego con vidas en el mar y proporcione una solución de inmediato".

SOS Méditerranée lanzó un llamamiento a todos los Estados comunitarios para que elaboren un plan que "permita una búsqueda y un rescate eficientes en el mar que priorice el salvar vidas".

Criticó las misiones de adiestramiento de la UE con los guardacostas libios, que, en su opinión, están demorando o impidiendo los rescates en el mar y conduciendo "a un mayor riesgo de muerte".

Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) pidió que la UE tenga presente a los niños y consideró que "toda nueva política migratoria debe considerar la necesidad crucial de proporcionar rutas seguras y regulares para los menores refugiados y migrantes y sus familias".

Mientras las ONG han denunciado la situación que se vive en el Mediterráneo, las autoridades maltesas e italianas han seguido echando balones fuera y manteniendo su postura de no permitir que estos migrantes pisen sus países.

Salvini, que es también vicepresidente del Gobierno y líder de la ultraderechista Liga, ha indicado en un mensaje en Facebook que en el Mediterráneo están actualmente los barcos de las ONG Open Arms, Aquarius, Astral, Sea-Watch, Seefuchs y Lifeline, los cuales, recalcó, "pueden olvidarse de llegar a Italia".

Las autoridades italianas han exigido a Malta en las últimas horas que se haga cargo de la nave de Lifeline porque está cerca de sus costas, pero el primer ministro maltés, Joseph Muscat, pidió hoy en Twitter a la embarcación que se aleje de la isla y reiteró que La Valeta no es responsable de la situación.