Berlín - La canciller alemana, Angela Merkel, logró ayer el apoyo cerrado de su Unión Cristianodemócrata (CDU) para otra gran coalición con los socialdemócratas y encarriló su sucesión con la elección como secretaria general del partido de Annegret Kramp-Karrenbauer, leal a su línea. Un día después de designar como miembro de su futuro ejecutivo al más destacado representante de la crítica interna -Jens Spahn-, Merkel obtuvo el claro respaldo del congreso federal de la CDU a una nueva alianza de Gobierno para el que será su cuarto mandato.

Apenas 27 de los 975 delegados reunidos en Berlín se expresaron en contra de reeditar la gran coalición -en una votación a mano alzada-, a lo que siguió la elección -en voto secreto- de la secretaria general, con el 98,8 % a favor de la propuesta de Merkel. La candidatura de Kramp-Karrenbauer, conocida entre sus compatriotas como AKK o la Mini-Merkel, por el alto grado de afinidad entre ambas, la lanzó una semana atrás la propia canciller, aparentemente ansiosa de marcar la vía de su sucesión al frente de la CDU, cuyas riendas tomó en el año 2000. Iniciar el camino del relevo era, además, una forma de atender las llamadas internas a la renovación, cuestión en la que coinciden tanto el ala leal a la canciller como quienes vienen reclamándole un perfil más conservador.

El congreso arrancó con un discurso de Merkel defendiendo el pacto de coalición consensuado entre su bloque conservador y el Partido Socialdemócrata (SPD), en el que ratificó su compromiso con el relanzamiento de Europa y para lograr un Gobierno estable. Fue un discurso cargado de autocrítica, donde admitió sin reservas los decepcionantes resultados obtenidos en las elecciones generales del pasado septiembre -un 33%- el segundo más bajo para su bloque desde 1949. “No podemos quedarnos en la decepción ante esos resultados, sino que debemos pensar en por qué ocurrió eso”, añadió, tras aludir a la paradoja que ello supone en un país que es modelo de solidez económica.

la tarea de AKK Merkel subrayó la necesidad de recuperar la confianza del ciudadano y lanzó una llamada a favor de la renovación del partido, tarea que corresponderá a AKK. Kramp-Karrenbauer asumió como propio ese mensaje y, en un encendido discurso reiteradamente interrumpido por las ovaciones de los delegados y de la misma canciller, llamó al partido a la cohesión y a tomar la iniciativa. “Tenemos que dar respuestas al ciudadano, al empresario, al trabajador, a las madres y a los padres”, afirmó la nueva número dos del partido, para quien corresponde a la CDU ese cometido, en lugar de “resignarse a ceder terreno a la ultraderecha”.

Merkel había aludido ya al millón de votos que se estima cedió el bloque conservador a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), y su secretaria general siguió con esa argumentación. “Os invito a todos a contribuir a recuperar la confianza”, prosiguió AKK, quien tocó la fibra de los presentes como ninguno de los oradores que anteriormente habían tomado la palabra, incluido el designado futuro ministro de Sanidad, Spahn.

Merkel incluyó a este ambicioso político, de 37 años, el más destacado crítico hacia su línea, entre los seis ministros que corresponde designar a la CDU en el próximo Gobierno, de los cuales solo dos -Ursula von der Leyen, en Defensa, y Peter Altmaier, en Economía- han estado en anteriores Ejecutivos. El resto son rostros nuevos, lo que es otro claro gesto de Merkel hacia quienes reclaman renovación, en el partido y en el Gobierno.