Bruselas - Los líderes de la Unión Europea, salvo el Reino Unido, abrieron ayer la puerta a ligar los fondos del presupuesto europeo al apoyo a la gestión migratoria o el respeto al Estado de Derecho, y se mostraron en su mayoría dispuestos a contribuir más a las arcas comunitarias tras el Brexit. “Me ha sorprendido positivamente que la condicionalidad no se ha puesto en cuestión”, dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en la rueda de prensa posterior a la cumbre informal que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, salvo del Reino Unido, celebraron ayer en Bruselas.

Tusk recalcó que estas condiciones, de introducirse, deberán basarse en “criterios objetivos” y señaló que incluso Polonia está a favor de la propuesta. Los líderes debatieron el presupuesto plurianual para el periodo posterior a 2020, que empezará a negociarse oficialmente en mayo y deberá afrontar dos retos: solventar el agujero de unos 10.000 millones de euros que dejará la salida del Reino Unido y financiar nuevas prioridades.

Sobre la mesa está la posibilidad de condicionar los fondos al respeto de normas y valores europeos, una propuesta planteada por la Comisión Europea en un contexto en el que ciertos países del Este se niegan a cumplir con las cuotas de reparto de refugiados y otros, en concreto Polonia, tiene abiertos procedimientos por no respetar el Estado de Derecho.

La posición es apoyada por la canciller alemana, Angela Merkel, quien señaló que aquellos países que reciben un mayor flujo de refugiados pueden tener “una mayor carga financiera” por las “tareas adicionales” que asumen y que “esto puede tener un impacto sobre el presupuesto”. “Hay que terminar con la hipocresía de que la solidaridad es incondicional”, dijo por su parte el presidente francés, Emmanuel Macron, quien defendió introducir reglas objetivas que vinculen la recepción de fondos de cohesión al respeto de “valores europeos” y que la Comisión se encargue de vigilar su cumplimiento.

Asimismo, la mayoría de países -unos “14 o 15” según el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker- se mostraron dispuestos a aumentar su contribución a las arcas comunitarias, aunque no precisaron un incremento concreto con respecto al 1 % de la renta nacional bruta conjunta que supone hoy. “España está abierta a aportar más recursos al presupuesto”, dijo el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, quien indicó que para España es fundamental que se mantenga la financiación de las políticas de cohesión y agrícola.

Los países quieren mantener estas partidas, pero al mismo tiempo están de acuerdo en dar prioridad a financiar la lucha contra la inmigración ilegal, la mejora de la seguridad y defensa, y a reforzar el programa Erasmus. En este sentido, Juncker advirtió de que si se mantiene el gasto en cohesión y agricultura, que supone el 70% del total, las otras partidas tendrían que reducirse en un 45 % a menos que se adopte un “nuevo enfoque”.

El presidente de la CE instó a los líderes a cerrar un acuerdo sobre el presupuesto con la Eurocámara antes de junio de 2019 para evitar el perjuicio económico de un retraso, pero Tusk señaló que los países no están seguros de poder cerrar un acuerdo entre ellos -que necesita unanimidad- en este año pese a su voluntad de “acelerar” los trámites.

Por otra parte los líderes de los Veintisiete rechazaron aplicar en las elecciones de 2019 el sistema de candidato principal -denominado Spitzenkandidaten- propuesto por Juncker por el que los partidos políticos europeos designan a su cabeza de lista y candidato a presidir la CE antes de los comicios. “El Consejo Europeo no puede garantizar que propondrá a uno de los candidatos principales como presidente de la CE. No hay automatismo”, dijo Tusk.

El polaco subrayó que los tratados comunitarios estipulan que los países tienen “competencia autónoma” para nominar a un candidato, “teniendo en cuenta los resultados de las elecciones”.

La Eurocámara votó en febrero a favor de mantener este sistema y su presidente, Antonio Tajani, defendió ayer que esto permitiría “implicar más a los ciudadanos” y “avanzar en democracia”.

Los países sí están a favor de reducir el número de escaños del Parlamento Europeo de los 751 actuales a 705 por el Brexit.

La iniciativa prevé que de los 73 escaños que quedarán libres con la salida del Reino Unido, 46 se reservarán para futuras ampliaciones y los 27 restantes se repartirán entre 14 países, entre ellos España, que recibirá cinco nuevos asientos.

Los países acordaron estudiar la posibilidad de introducir listas electorales transnacionales para los comicios de 2024 y se opusieron a fusionar la presidencia del Ejecutivo comunitario con la del Consejo.

Toque de atención a Londres El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunció también ayer que la Unión Europea presentará las guías sobre la futura relación con Reino Unido tras el Brexit en la cumbre europea de marzo aún cuando el Reino Unido no proporcione mayor claridad sobre el tipo de relación que querría. “Presentaremos nuestras guías tanto si el Reino Unido está preparado o no. Naturalmente, sería mejor si estuviera listo pero no podemos pararnos y esperar”, dijo Tusk en la rueda de prensa posterior a la cumbre informal de ayer en Bruselas.

El presidente del Consejo Europeo celebró que el Reino Unido esté “avanzando” en detallar sus posiciones aunque advirtió de que “en caso de que las informaciones de los medios sean ciertas”, la posición de Londres “es pura ilusión”.

“Parece que la filosofía del pastel sigue viva. Desde el principio hemos mantenido un principio clave de que no puede haber un Brexit ni un mercado único a la carta”, añadió.

Tusk aseguró que los Veintisiete serán “extremadamente realistas” a la hora de evaluar lo que es posible y lo que no en las futuras relaciones entre la Unión y Londres. - Efe