Teherán - Las protestas contra el coste de la vida en Irán se han cobrado la vida de diez personas mientras que otras 300 han sido detenidas a pesar de los llamamientos a la calma del presidente iraní, Hasán Rohaní, y de que se restringiera la actividad de las redes sociales. Rohaní acusó ayer a “los enemigos de Irán” de azuzar a ciertos grupos para promover incidentes porque no toleran los “éxitos” que el país persa ha obtenido con el acuerdo nuclear suscrito en julio de 2015 con el G5+1 y en sus medidas contra el terrorismo en la región.

“Nuestro progreso para ellos era intolerable, nuestro éxito en el mundo de la política ante Estados Unidos y el régimen sionista (en referencia a Israel) fue intolerable para ellos”, apuntó Rohaní en su reunión con los jefes de las comisiones del Parlamento del país. El presidente iraní reitero, asimismo, el derecho del pueblo a criticar y protestar pero afirmó que “hay que elegir la manera y la vía legal para expresarse”.

También el Parlamento iraní acusó a Israel, Estados Unidos y Arabia Saudí de fomentar los disturbios generados en las manifestaciones que se han producido. El legislativo iraní celebró ayer una sesión extraordinaria para evaluar la situación en el país a raíz de la ola de manifestaciones no autorizadas. El portavoz de la comisión de la Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento, Seyed Hosein Naqaví Hoseiní, señaló que “el pueblo de Irán no tolerará que un grupo perturbe el orden público y ocasione daños” a los demás, informó la agencia iraní de noticias ISNA. Naqaví Hoseiní explicó que las protestas acabaron en disturbios por la intervención de Estados Unidos, Israel y algunos de sus aliados regionales, en referencia a Arabia Saudí.

Desde el sábado, tercer día de las protestas, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha publicado varios mensajes en su cuenta de Twitter en los que ha criticado a las autoridades iraníes. Trump publicó ayer que “el gran pueblo iraní ha sido reprimido durante muchos años. Están hambrientos de comida y libertad. Junto con los derechos humanos, la riqueza de Irán está siendo saqueada. ¡Es hora de un cambio!”, agregó. Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, negó la acusación de Rohani también secundada por el legislativo iraní, de que Israel está detrás de los incidentes. En un comunicado de su oficina, Netanyahu calificó de “falsas” e “hilarantes” las acusaciones de Rohaní y dijo que su respuesta pasa por “no insultar al pueblo iraní”, pues “se merece algo mejor que eso”.

Redes sociales En el pleno extraordinario, el Parlamento iraní evaluó ayer la situación en el país a raíz de la ola de manifestaciones no autorizadas. En la sesión se reconoció que se ha producido un deterioro de la confianza de la población por el aumento de coste de la vida, la política económica y los casos de corrupción que se han detectado. Las autoridades iraníes cortaron el domingo totalmente el acceso a las redes sociales. El viceministro iraní del Interior para temas políticos, Esmaíl Yabarzade, explicó que “cuando hay algún conflicto, es natural el uso de algunas herramientas para controlar las concentraciones ilegales”. Yabarzade aclaró que esta medida se aplicará por un tiempo y es circunstancial. Las redes sociales Telegram e Instagram dejaron de funcionar totalmente en Nochevieja. Posteriormente las autoridades iraníes cortaron totalmente el acceso al servicio de mensajería WhatsApp, que en las ultimas horas estaba reemplazando a la red social Telegram. Casi todos los llamamientos a participar en las protestas se han llevado a cabo a través de las redes sociales.

Asimismo, Yabarzade explicó que Irán está investigando quiénes están detrás de estos acontecimientos y agregó: “La caja negra de los recientes acontecimientos esta bajo revisión y todavía no han acabado las investigaciones”. Por su parte, el ministerio del Interior dejó claro que no se ha otorgado ningún permiso para convocar manifestaciones por lo que hasta ahora cualquiera de ellas es ilegal. La ley iraní de delitos políticos penaliza cualquier manifestación considerada “contraria a la gestión del país y sus instituciones políticas y a las políticas nacionales y exteriores.

Los manifestantes durante sus protestas corearon lemas contra el sistema de la república islámica, el presidente Rohaní y el líder supremo del país, Alí Jameneí. Asimismo incendiaron los contenedores de basura y rompieron los cristales de algunos bancos. En la ciudad de Arak, en la provincia de Markazí, los manifestantes golpearon a once policías y acuchillaron a otro, que se encuentra hospitalizado en grave estado, aseguró el gobernador provincial, Alí Aqazade.

Rusia advirtió ayer de que la injerencia foránea en los asuntos internos de Irán es “inadmisible” y expresó su esperanza en que la situación en ese país no se desarrolle por la vía de la violencia y el derramamiento de sangre. Para las autoridades de Rusia, estrecho aliado de Irán, la situación actual es “un asunto interno” iraní y expresaron su esperanza de que no se emprenda una camino de más violencia y derramamiento de sangre.

El jefe del Poder Judicial de Irán, el ayatolá Sadeq Amolí Lariyaní, ordenó ayer a los fiscales enfrentarse a los perturbadores. Éstas son las manifestaciones más grandes convocadas en Irán desde 2009, cuando el opositor “movimiento verde” organizó varias jornadas de protesta contra la reelección del entonces presidente, Mahmud Ahmadineyad, que fueron duramente reprimidas.