BERLÍN - El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) concluyó ayer en Berlín su congreso federal con el compromiso de asumir su “responsabilidad” y explorar las posibilidades de apoyar un nuevo gobierno de Angela Merkel, pero dejando claro que cualquier acuerdo tendrá un precio.
En una breve intervención final ante el plenario, el líder del SPD, Martin Schulz, afirmó que no dejarán que nadie les dé “lecciones” y recordó que han sido “los otros partidos” quienes han llevado a un “callejón sin salida” al país, sin gobierno dos meses y medio después de las elecciones. Consciente de las voces contrarias a reeditar la gran coalición, de la que el SPD salió con los peores resultados electorales de su historia, Schulz ratificó que acudirán a las reuniones con el bloque conservador con el programa socialdemócrata en la mano y conscientes de su responsabilidad con todos los ciudadanos. Si hay posibilidad de reducir las tasas de pobreza entre los mayores, de mejorar la atención a la dependencia o de avanzar hacia una mejor Europa, el SPD debe “aprovechar la oportunidad”, dijo Schulz, tras presentar a su partido como “europeísta radical”.
La decisión del congreso federal de dar luz verde a la dirección para iniciar conversaciones con el bloque conservador de Merkel ha tensado las costuras internas del partido y, además de las Juventudes Socialdemócratas (Jusos), varios líderes han dejado claro su rechazo a una nueva gran coalición. La primera ministra del estado de Renania Palatinado, Malu Drayer, apostó ayer por facilitar un gobierno de Merkel en minoría y suscribir un acuerdo en el que queden reflejados los puntos de consenso en asuntos como política exterior o la UE. Los discursos discrepantes en el congreso muestran que el SPD es un partido “combativo, moderno y vivo”, aseguró ayer Schulz, reelegido presidente del SPD por amplia mayoría (81,9%) a pesar del desastre electoral y de sus cambios de posición. - Efe