La Haya - El frasco del que bebió el criminal de guerra serbocroata Slobodan Praljak, quien murió el miércoles tras ingerir una sustancia ante el Tribunal Penal para la Antigua Yugoslavia (TPIY), contiene “un producto químico que puede llevar a la muerte”, confirmó ayer la Fiscalía holandesa, que sigue el caso.

El Instituto Forense holandés está llevando a cabo la autopsia del cuerpo de Praljak para determinar las causas exactas de su muerte, después de ingerir el miércoles un líquido delante del tribunal que le juzgaba por crímenes en la guerra de los Balcanes (1992-1995). La investigación toxicológica, cuyos resultados se esperan para los próximos días, debería proporcionar más claridad sobre la causa del fallecimiento.

El Ministerio Público no aclaró la naturaleza exacta de la sustancia que el serbocroata bebió segundos después de que el Tribunal Penal para la antigua Yugoslavia (TPIY) confirmarse el veredicto de 20 años de prisión para este criminal. Las autoridades holandesas, que están investigando lo ocurrido a petición del TPIY, centran su búsqueda en dos ilegalidades cometidas: la “asistencia al suicidio” y “la violación de la Ley de Medicamentos”. Praljak, que fue condenado por crímenes contra la humanidad con su papel en la guerra en Bosnia, llevaba desde 2004 bajo arresto y era muy probable que saliese de prisión dentro de unos meses, al cumplir los dos tercios de su condena necesarios para obtener la libertad.

Las preguntas giran ahora sobre cómo Praljak pudo hacerse con el veneno, a pesar de la fuerte custodia en prisión y la seguridad dentro del tribunal. Según el abogado Erik Kok, que trabajó como asistente legal en el TPIY durante seis años, es muy difícil evitar que un recluso obtenga “drogas o teléfonos móviles” dentro de prisión. Además, en declaraciones a una televisión holandesa, subrayó que los sospechosos pueden salir a la calle bajo ciertas condiciones y durante los traslados caminan por los pasillos solos y están en contacto con muchas personas, desde guardias y limpiadores hasta abogados y familiares. El ala de la prisión holandesa de Scheveningen donde se encarcela a los sospechosos y condenados del TPIY está dirigida por la ONU y los guardias son sus funcionarios, lo que evita cualquier responsabilidad de los Países Bajos en este suceso.

Por su parte, la presidenta de Croacia, Kolinda Grabar Kitarovic, denunció ayer que el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia no ha cumplido sus objetivos y lo acusó de haberse convertido en un “árbitro político que trató de igualar la culpabilidad” en la guerra. - Efe