SARAJEVO. El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) anunciará en La Haya la sentencia por la matanza de 8.000 musulmanes en Srebrenica, el asedio de Sarajevo y otros crímenes de la guerra bosnia (1992-1995) que enfrentó a bosniomusulmanes, serbobosnios (ortodoxos) y bosniocroatas (católicos).

La sentencia será la penúltima que dicte la corte, creada por la ONU en 1993 para juzgar los crímenes cometidos en las guerras de la antigua Yugoslavia y que cierra en diciembre.

Mientras que los familiares de las víctimas y supervivientes, en su mayoría musulmanes, no esperan menos que la cadena perpetua, entre la población serbia hay quien todavía lo tiene por un héroe y considera todo el proceso politizado.

"Sólo la cadena perpetua puede ser justa para las víctimas y los supervivientes", ha declarado Munira Subasic, de la Asociación Madres de Srebrenica, que agrupa a las familias de las víctimas del mayor crimen de guerra de Europa tras la II Guerra Mundial.

Para ellos, "Mladic es responsable de lo que pasó en Srebrenica y en otras ciudades en que pisaron sus tropas, como Prijedor, Vlasenica, Kozarac, Foca, Bjeljina y Zvornik, y esperamos justicia por el genocidio cometido".

Cerca de Prijedor (noroeste), Zijad Bacic vio cuando tenía 13 años, escondido detrás de la pared de la casa familiar, el asesinato de 32 mujeres y niños, entre ellos su madre y tres hermanos.

"Vi a mi hermano Zikret gravemente herido, gimiendo, agonizando. Se le acercó un soldado que le remató con un tiro en la cabeza", declara Bacic a Efe.

Esos días, del 20 al 25 de julio, fueron asesinados cerca de mil personas en los ataques de las tropas serbobosnias a Prijedor.

"Mladic debe ser condenado por genocidio en Prijedor y en otras zonas. Cuando llegó a Potocari (Srebrenica) y habló ante las cámaras de la venganza contra los turcos (como Mladic denominó a musulmanes en alusión a los siglos de dominación otomana), lo dijo todo de sí mismo y de sus intenciones", denuncia Bacic.

Los ciudadanos de Prijedor, ciudad en la que durante la guerra murieron o desaparecieron 3.173 civiles y fueron expulsados 53.000 personas, seguirán por la televisión la decisión del TPIY.

El ex prisionero Fikret Alic, cuyo cuerpo esquelético fotografiado en agosto de 1992 en un campo de prisioneros se convirtió en símbolo de la brutalidad de la guerra, espera "justicia, porque sólo así se puede parar a los criminales".

"Sólo de esa manera se puede evitar que nunca más a nadie en el mundo, cualquiera que sea su religión o etnia, le ocurra el mal que se cometió contra nosotros", declara Alic a Efe.

Mladic, de 74 años, fue arrestado en 2011 en Serbia tras estar prófugo durante 15 años, y entregado al TPIY para su juicio.

La guerra terminó hace 22 años, pero los tres pueblos de Bosnia-Herzegovina difícilmente se ponen de acuerdo sobre lo que pasó en ese conflicto, y cada uno se considera víctima del otro y ve como héroes a los combatientes que lucharon en su nombre.

Pocos confían en que la sentencia a Mladic, cualquiera que sea, contribuya a la reconciliación y a disminuir las tensiones nacionalistas en un país de frágil estructura, compuesto por un ente autónomo serbio y otro común de musulmanes y croatas.

El historiador musulmán Jasmin Medic explica a Efe que "no hay que hacerse ilusiones con que la sentencia cambie las relaciones políticas en el país, cualquiera que sea".

"Unos la contestarán, otros la apoyarán, pero es un hecho que el legado de Mladic permanece en la forma de la República Serbia (el ente serbobosnio)", con amplios poderes políticos, considera Medic.

Para bosniomusulmanes y croatas Mladic es un criminal, mientras que muchos serbios lo ven injustamente acusado y consideran al TPIY antiserbio, porque la gran mayoría de inculpados son de ese origen.

"La práctica del TPIY es que condena con facilidad a los serbios, y difícilmente a otros. (...) Por eso el tribunal no ha hecho lo que debía, dejar tras de si una situación política más calmada", analiza Mladen Ivanic, miembro serbio de la terna presidencial bosnia, que considera que la sentencia a Mladic elevará tensiones y emociones.

Por su parte, la exprisionera de guerra musulmana Nusreta Sivac, lamenta a Efe que los crímenes cometidos sean "minimizados y negados".

"El mejor ejemplo es Srebrenica", asegura, y agrega: "Está establecido el crimen de genocidio y aún lo niegan sistemáticamente" muchos serbios.

Su gran esperanza son los jóvenes que no está marcados por la guerra y confía en que sean capaces de ver con una mirada distinta el pasado de Bosnia.