Bangkok - La jefa de facto de Birmania (Myanmar), Aung San Suu Kyi, visitó ayer por primera vez Rakáin, un estado en el oeste del país del que han escapado a Bangladesh más de 600.000 miembros de la minoría rohinyá por la violencia sectaria. La Premio Nobel de la Paz de 1991 se reunió con las autoridades locales y conversó con miembros de las comunidades musulmana, hindú y budista a los que invitó a convivir en paz, según la prensa local. La visita sin anunciar de un día de Suu Kyi empezó en Sittwe, la capital de Rakáin (antigua Arakan), y prosiguió en la ciudad de Maungdawn, donde estalló la crisis actual, el 25 de agosto, con los ataques a una treintena de puestos policiales y militares perpetrados por el rebelde Ejército de Salvación Rohinyá de Arakán (ARSA). Maungdawn está situada próxima a la frontera con Bangladesh, tiene unos 400.000 habitantes, la mayoría de ellos rohinyás, y ha sido en los últimos años escenario principal de la violencia fruto de la lucha sectaria y de la respuesta de las fuerzas de seguridad.

La visita de Suu Kyi se produce en medio de los insistentes llamamientos de la comunidad internacional a Birmania para que imponga el orden en Rakáin, facilite la asistencia humanitaria y acelere el retorno seguro de los desplazados. Estados Unidos anunció la semana pasada que estudia sanciones contra Birmania, especialmente contra las Fuerzas Armadas, por la crisis humanitaria: “Es imprescindible que cualquier personas o entidad responsable de las atrocidades, incluidos los actores no estatales y grupos paramilitares, rindan cuentas”, dijo el Departamento de Estado. Rohinyás que han buscado refugio en Bangladesh acusan a los cuerpos de seguridad birmanos de la violencia, de una situación que el alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Raad al Husein, calificó en septiembre de “limpieza étnica de manual”. - Efe