BEIRUT. Antes de la aparición de los radicales, poco se conocía de esta localidad del noreste de Siria, capital de la provincia homónima, que vivía fundamentalmente de la agricultura y del sector eléctrico.
Al Raqa, por donde pasa el río Éufrates, se sitúa a unos 50 kilómetros al este de la presa de Al Tabqa, la mayor de Siria, que fue conquistada en los últimos meses por las FSD.
Al igual que otras poblaciones del país, Al Raqa fue escenario de las protestas opositoras que surgieron en marzo de 2011 y que derivaron en enfrentamientos entre partidarios y detractores del presidente sirio, Bachar al Asad.
De hecho, a principios de marzo de 2013 la ciudad se convirtió en la primera capital de provincia que escapó de las manos de las autoridades sirias, tras ser controlada por grupos rebeldes e islamistas, entre los que figuraba el Frente al Nusra, antigua filial siria de Al Qaeda.
Después de su conquista por estas facciones, emergió en el área el grupo Estado Islámico de Irak y del Levante, antiguo nombre del EI y que, en aquel momento, también estaba vinculado a Al Qaeda.
De hecho, ambas organizaciones llegaron a coexistir durante algunos meses en Al Raqa, donde un gran número de milicianos del Frente al Nusra acabaron sus filas jurando lealtad a la otra facción y a su líder, Abu Bakr al Bagdadi.
En enero de 2014 estallaron combates entre ambos grupos, en los que el Frente al Nusra fue derrotado por el EI, que en aquel entonces seguía llamándose Estado Islámico de Irak y del Levante.
Cinco meses más tarde, este último grupo cambió su nombre y proclamó un califato en los territorios que dominaba en Siria e Irak, con Al Bagdadi al frente.
Al igual que en el resto de áreas en poder del EI durante este tiempo, poco se ha podido saber de lo que realmente ocurría dentro de la localidad de Al Raqa, debido a la imposibilidad de acceso de periodistas y fuentes independientes.
No obstante, grupos de activistas han denunciado abusos por parte de los yihadistas, con la imposición de castigos rigurosos, torturas e incluso la ejecución extrajudicial de aquellos que contravenían sus normas, basadas en una versión extremista de la "sharía" o ley islámica.
La coalición internacional, que apoya a las FSD y que está liderada por Estados Unidos, calculaba antes del inicio de la ofensiva en Al Raqa, el 6 de junio pasado, que podría haber entre 3.000 y 3.500 combatientes del EI en su interior.
Actualmente, la ciudad está vacía de población civil, ya que los últimos 3.000 residentes que quedaban fueron evacuados el pasado fin de semana, junto a 275 yihadistas sirios que se marcharon con sus familias, en virtud de un acuerdo entre el EI y el Consejo Civil de Al Raqa, creado por las FSD.
Antes del comienzo del conflicto en Siria, Al Raqa contaba con unos 220.000 habitantes, según estadísticas oficiales.
Pese a su liberación de los radicales, la población tiene un futuro arduo de reconstrucción por delante por el grado de devastación sufrido.
Para encargarse de este menester, las FSD formaron el Consejo Civil de Al Raqa, que en los últimos meses ha asumido la tarea de administrar las partes liberadas de la localidad y del resto de la provincia.
Esta decisión podría acarrear problemas en el futuro, ya que el Consejo Civil de Al Raqa no ha sido reconocido por los grupos opositores sirios ni por algunas tribus árabes de la zona, que reclaman un papel en el devenir de la urbe.