Bruselas - El Reino Unido declaró ayer que sólo habrá una solución sobre la factura que deberá abonar por salir de la Unión Europea (UE) “en el contexto” de la futura relación entre las dos partes, algo que la Unión rehúsa a tratar hasta no lograr avances suficientes en la primera fase de la negociación del Brexit. “El Reino Unido hará honor a los compromisos que ha hecho durante el periodo de su pertenencia (a la UE). Pero es obvio que lograr una conclusión sobre este asunto sólo se podrá hacer en el contexto y de acuerdo con una nueva profunda y especial relación con la UE”, dijo Davis antes de iniciarse la cuarta ronda de negociación.
La factura de salida es uno de los principales escollos que la UE y Londres deberán solucionar y que en Bruselas se cifra entre 60.000 y 100.000 millones.
Davis afirmó sobre el acuerdo financiero, el cual forma “parte de la retirada fluida y ordenada del Reino Unido”, que “no queremos que nuestros socios de la UE se preocupen sobre si tendrán que pagar más o recibir menos durante el resto del actual plan presupuestario (2014-2020), como resultado de nuestra decisión de irnos”. “El Reino Unido está absolutamente comprometido a trabajar en los detalles”, continuó Davis, quien aseguró que su país está haciendo “propuestas concretas” y que “no hay excusas para interponerse en el camino del progreso”, al hilo del discurso pronunciado por la primera ministra británica, Theresa May. En esa declaración pidió por primera vez un periodo de transición de dos años para su país en el mercado interior europeo, cuando en marzo de 2019 se convierta en un Estado tercero.
May dijo en su declaración, calificada de “muy constructiva” por el jefe negociador de la UE, Michel Barnier, que Londres seguirá contribuyendo al Presupuesto de la UE hasta 2020, sin llegar a ofrecer cantidades concretas. En todo caso, Barnier dejó claro ayer que para hablar de la futura relación será necesario “alcanzar progresos significativos” en los tres puntos clave que componen la primera fase de las conversaciones: lo derechos de los ciudadanos, la frontera irlandesa y también la propia factura de salida. - Efe