Ginebra - Venezuela acusó ayer a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos de agredir y querer desestabilizar al país al mentir sobre la represión de las manifestaciones antigubernamentales que, según la ONU, puede constituir crímenes contra la humanidad.
“Le exigimos al señor alto comisionado para los Derechos Humanos que cese la agresión contra Venezuela a través de informes que están plagados de mentiras, datos incomprobables, argumentos tergiversados y ofensas a nuestro país”, dijo el canciller venezolano, Jorge Arreaza, en su alocución al Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
El pasado agosto, la Oficina presentó un informe sobre lo ocurrido durante los cuatro meses de violencia civil en el marco de las protestas contra la elección de una Asamblea Constituyente.
Ese contundente informe detalló el uso de fuerza excesiva y letal, posibles ejecuciones extrajudiciales, malos tratos e incluso torturas, detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas temporales, allanamientos ilegales y violentos de viviendas particulares, juicios militares contra civiles, ataques contra periodistas y restricciones a los opositores.
Ayer, antes de la intervención de Arreaza, el propio comisionado para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hassuein, se refirió a Venezuela en su discurso y dijo que lo ocurrido durante la represión de las protestas podría constituir “crímenes contra la humanidad”.
En su turno de palabra, el canciller se refirió a “los recientes informes” elaborados por la Oficina sobre su país y dijo que “carecen de rigor metodológico, son infundados, inducidos y direccionados para perturbar la soberanía, la paz y la estabilidad” del pueblo venezolano.
Acusó a la Oficina de Zeid de “comportamiento selectivo, parcializado y politizado”, descargó de toda responsabilidad a las fuerzas de seguridad y los grupos acólitos al Gobierno y dijo que la oposición es la responsable de la violencia durante las protestas. - Efe