Kabul - Un comando del grupo yihadista Estado Islámico (EI) asaltó ayer la embajada de Irak en Kabul, causando dos muertos y tres heridos, lo que supone un ataque indirecto a Bagdad sin precedentes en Afganistán. En momentos de debilidad para la rama afgana del califato, que en los últimos meses ha perdido a tres emires, dos de sus yihadistas dispararon contra el guardia de seguridad y lanzaron una granada para abrirse paso hacia el inmueble.

La embajada, situada en el área de Shar-e-Naw, en el centro de la capital afgana, se convirtió hacia las 08.40 en un campo de batalla para las fuerzas de seguridad afganas y los atacantes, mientras el personal de la legación era evacuado a una ubicación “secreta y segura”. Por ello, el portavoz del Ministerio de Interior afgano, Najib Danish, confirmó ya desde el inicio del asalto que éste no suponía “una amenaza seria a su seguridad”.

El embajador iraquí y el número dos de la embajada también se encontraban en el interior del edificio en el momento del ataque, según indicó posteriormente en un comunicado el departamento de Interior afgano. “El ataque terrorista a la embajada iraquí en Kabul finalizó con la muerte de los atacantes”, anunció el Ministerio, pasadas casi cuatro horas de su inicio. Además del comando atacante, el asalto causó la muerte de dos trabajadores afganos de la legación diplomática, uno de ellos una mujer, y heridas leves a tres miembros de las fuerzas de seguridad, explicó el portavoz de la Policía local, Basir Mujahid.

El EI reivindicó el atentado a través de dos comunicados publicados por la agencia Amaq, vinculada a los yihadistas, confirmando así una teoría ya puesta sobre la mesa por el Gobierno de Kabul. El grupo yihadista lanzó ayer un ataque con doble objetivo contra los gobiernos de Irak y Afganistán, una acción sin precedentes desde que se constatara su presencia en el país allá por 2015. Con la acción, reafirma también su capacidad operativa apenas tres semanas después de perder a su líder, Abu Sayed, y a su emir religioso, jeque Ziaulah, en un bombardeo de las tropas de Estados Unidos en la provincia de Kunar (este).

Sayed es el tercer líder afgano del EI muerto en el último año, después de que las fuerzas estadounidenses y locales acabaran con la vida de los dos anteriores cabecillas, Hafiz Sayed Khan y Abdul Hasib, en julio de 2016 y abril de este año, respectivamente. Washington se ha marcado como objetivo derrotar por completo a los yihadistas en Afganistán antes de que acabe el año y en este contexto lanzó el pasado abril contra una de sus guaridas la mayor bomba de su arsenal convencional. - Efe