París - Los dos hombres fuertes de Libia, el jefe del Gobierno de unidad nacional apoyado por la ONU, Fayez al Serraj, y el mariscal Jalifa Hafter, que controla el este del territorio nacional, dieron ayer un paso hacia la paz con el establecimiento de un alto el fuego.

Durante una reunión convocada por el presidente francés, Emmanuel Macron, ambos se comprometieron a buscar una solución “únicamente política” al conflicto, gracias a la convocatoria de elecciones presidenciales y parlamentarias “lo antes posible”, entre otras medidas. Aunque la declaración conjunta de diez puntos no precisa cuándo se celebrarán los comicios, Macron avanzó durante una declaración a los medios que tendrán lugar “en primavera”.

El texto acuerda un alto de las hostilidades entre ambas partes, aunque deja la puerta abierta al uso de la fuerza armada en el ámbito de la lucha antiterrorista, y reitera la validez de los Acuerdos de Sjirat (Marruecos), en los que se apostó por la formación sin consenso del Gobierno de unidad nacional.

“respeto” Redactado en una reunión que contó con la presencia del nuevo representante especial del secretario general de la ONU para Libia, Ghassan Salamé, el documento no ha sido firmado por las dos partes, pero ambas se han comprometido a respetarlo. También han decidido establecer una hoja de ruta cuyos detalles deberán ser especificados en futuras negociaciones, “para garantizar la seguridad del territorio libio” y controlar los flujos migratorios que “desestabilizan” los países del Mediterráneo.

“Haremos todos los esfuerzos para integrar a los combatientes que lo deseen en las fuerzas regulares, y llamamos al desarme, la desmovilización y la reintegración del resto en la vida civil”, señala el comunicado conjunto.

La declaración supone “un gran progreso para la causa de la paz en Libia”, aseguró Macron ante la prensa, una vez alcanzado el acuerdo. También advirtió de que este proceso es esencial “para el pueblo libio y toda la región”, pero también para Europa, porque “tiene consecuencias directas para nuestros países en lo referido a los flujos migratorios” y a la lucha contra el terrorismo.

Macron recibió en primer lugar a Al Serraj, que cuenta con el reconocimiento internacional pero que no ha conseguido hacer valer su autoridad en Libia, tras el cual llegó Hafter, que domina cerca del 60% del territorio nacional e importantes recursos petrolíferos. Después hubo reunión conjunta.