Londres - Las autoridades británicas no revisarán la situación de inmigración de los afectados por el incendio en una torre residencial de Londres, que la semana pasada dejó 79 muertos o desaparecidos, anunció ayer la primera ministra, Theresa May.

En una comparecencia en la Cámara de los Comunes, la jefa del Gobierno conservadora dio a conocer esta decisión ante la posibilidad de que algunos residentes extranjeros de la torre Grenfell pudieran estar en situación irregular. May también informó de que cada adulto que vivía en el edificio del oeste de Londres, formado en su mayoría por pisos de protección oficial, está recibiendo 500 libras (565 euros) en efectivo, aportaciones que los damnificados no tendrán que devolver al Gobierno. “Es importante que la gente sepa que pueden quedarse con el dinero. No tendrán que devolverlo, y no afectará a sus derechos sobre sus beneficios” estatales, añadió la premier en una declaración sobre la respuesta del Ejecutivo a la tragedia de Grenfell.

Los damnificados podrán vivir en pisos similares en la misma zona de Londres, pero ninguno estará obligado a residir en un lugar que no quiera, puntualizó.

Según indicó, 151 hogares resultaron destruidos por el siniestro, en su mayoría los que estaban en la torre pero también otros inmuebles de los alrededores del edificio. May -que hizo una vista a las familias en el barrio de Kensington, donde está la torre- informó, además, de que unas 600 personas están prestando ayuda a las víctimas. - Efe