Lisboa - Con el fuego que ha destruido miles de hectáreas en el centro de Portugal bajo control, el país empieza a evaluar los daños mientras se aviva el debate sobre las causas y responsabilidades de la mayor tragedia de su historia reciente. A primera hora de ayer, las autoridades daban por controlado el fuego en Góis, el último foco que permanecía activo del devastador incendio desatado el pasado sábado y que dejó 64 víctimas mortales y 254 heridos, según el último balance provisional. El operativo desplegado para combatir las llamas se mantiene sobre el terreno ante el riesgo de que el fuego pueda reactivarse en una zona en la que una treintena de aldeas tuvo que ser evacuada. El comandante Carlos Tavares, de Protección Civil, dijo a periodistas en Góis -situado en el distrito de Coimbra- que no se reducirán los más de 1.160 efectivos terrestres en la zona porque hay un “riesgo muy elevado de incendio y puede haber reactivaciones fuertes”. “No podemos bajar la guardia, no podemos disminuir ningún medio terrestre. Mantendremos el dispositivo”, aseguró.
Tavares explicó que los puntos más peligrosos se encuentran entre Góis y el municipio de Pampilhosa da Serra, también en el centro del país, donde los bomberos ponen ahora toda su atención apoyados por aviones pesados y helicópteros.
Con la situación más tranquila en el centro del país, en Lisboa se cuestionan las posibles causas del mortífero fuego y las responsabilidades que acarrea la tragedia. La Fiscalía portuguesa confirmó la apertura de una investigación para aclarar “las causas y consecuencias del incendio”, proceso que se encuentra “bajo secreto” judicial.
La primera tesis de la Policía Judicial, comunicada el domingo, era que el fuego había sido provocado por el impacto de un rayo en un árbol seco, pero el presidente de la Liga de los Bomberos de Portugal, Jaime Marta Soares, se mostró escéptico y con “convencimiento” de que el incendio se inició antes. Las dudas que existen en torno al suceso llevaron a la oposición conservadora a defender la creación de una comisión técnica independiente para esclarecer lo ocurrido.
Además, el Ministerio de Administración Interna ha solicitado un estudio sobre las “condiciones específicas de este incendio”. Además de esclarecer las causas, también se han empezado a evaluar los daños que ha causado el fuego, que ha arrasado decenas de miles de hectáreas en cinco días.
Más de 150 kilómetros Aunque todavía no hay cifra oficial de la superficie afectada, sí se conoce la extensión del perímetro del incendio de Pedrógão Grande, que se despliega a lo largo de 153 kilómetros.
Las poblaciones evacuadas van volviendo poco a poco a sus casas y empiezan a pensar en la reconstrucción. Las aseguradoras portuguesas han decidido crear un fondo especial de 2,5 millones de euros para apoyar a las familias de las víctimas mortales del incendio, según anunció la Asociación Portuguesa de Aseguradores. Además, asumirán todos los costes de las casas que ardieron en Pedrógão Grande y que estaban aseguradas, sin calcular proporciones en caso de que el contrato no cubra todo el daño.