Londres - La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, buscó ayer el respaldo de los diputados de su partido en un encuentro clave, tras el varapalo electoral, con su grupo parlamentario, en el que indicó que seguirá al frente del Ejecutivo “mientras la quieran”. La política tory celebró en el Palacio de Westminster -sede del Parlamento- una reunión considerada crucial para definir su futuro como líder del partido, con el influyente Comité 1922, con diputados conservadores sin cargos ministeriales, donde evaluaron el inesperado desenlace de los comicios del pasado jueves.

Esas elecciones anticipadas fueron convocadas el pasado abril por May con la intención de reforzar su mandato en los Comunes para así afrontar las próximas negociaciones del Brexit, la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), desde una posición más fuerte y conferir certeza y estabilidad al país. El plan de la premier se vio truncado después de que su partido obtuviese 318 escaños, 8 menos de los 326 necesarios para conseguir la mayoría y 12 menos de los que tenía antes de la disolución del Parlamento el pasado mayo.

A fin de evaluar el actual escenario, May se reunió con sus compañeros de filas, después de haber celebrado previamente en su residencia y despacho oficial de Downing Street un encuentro interno, del que no han trascendido detalles, con su nuevo gabinete, que terminó de configurar este domingo y donde ha mantenido a los principales ministros. “Soy la persona que nos ha metido en este lío y soy la persona que nos va a sacar de él”, afirmó la política durante la reunión con el Comité 1922, según confirmaron dos diputados a la cadena de televisión BBC.

La líder conservadora se disculpó de nuevo ante sus colegas por el desenlace imprevisto de las elecciones y dijo, según fuentes del canal, que seguirá “sirviendo” al frente del Ejecutivo “mientras la quieran”. La importancia del cónclave de diputados se debe a que May necesita el apoyo unánime de sus parlamentarios para poder sacar adelante un Gobierno en minoría.

Por su parte, el presidente del influyente comité, Graham Brady, afirmó ayer a la misma cadena que “no detecta” señal alguna que haga sugerir que “los ciudadanos quieren otras elecciones generales” y tampoco percibe entre sus colegas que estos deseen “ofrecer otra gran dosis de incertidumbre con unas elecciones sobre liderazgo”.

Ante el escenario político surgido tras el 8 de junio, la jefa del Ejecutivo espera liderar ahora un Gobierno en minoría con el apoyo de los diez diputados del Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, con el que ha llegado a un principio de acuerdo. Ese principio de acuerdo no implica la formación de una coalición, sino que supondría una ayuda parlamentaria para aprobar leyes puntuales. May se reunirá hoy en Londres con la líder del DUP, Arlene Foster, para abordar los términos del pacto, después de que esta última señalara ayer que su grupo mantiene “contactos positivos” con los tories en ese sentido.

La líder conservadora tiene por delante las negociaciones sobre el Brexit, que debían empezar el próximo lunes, pero que podrían retrasarse a la espera de ultimarse el pacto de Gobierno. Precisamente, de ese acuerdo depende que se atrase o no la presentación en el Parlamento, prevista para el día 19, del programa legislativo de May, el llamado Discurso de la Reina, como reveló ayer el primer secretario de Estado y ministro del Gabinete, Damian Green. En una declaración en Downing Street, Green dijo que no se puede confirmar una nueva fecha “hasta tener los pormenores finales del acuerdo” con el partido norirlandés DUP. - Efe