londres - Cerca de 47 millones de británicos estaban ayer llamados a las urnas en unas elecciones históricas. Elegían a la persona que dirigirá al Reino Unido en las negociaciones en las que abandonarán la Unión Europea. Tras los recientes ataques terroristas en Mánchester y Londres, el Reino Unido revisó sus protocolos de seguridad para garantizar que la jornada electoral de ayer terminarse sin ningún contratiempo en una votación en la que 47 millones de personas estaban llamadas a las urnas. La comisaria británica Lucy D’Orsi, recalcó que la votación tuvo lugar “en un momento sin precedentes”, bajo el nivel de amenaza terrorista de “severo”, lo cual significa que un ataque es muy probable. “Seguimos pidiendo al público que esté alerta y que informe de cualquier preocupación a la policía”, explicó D’Orsi. Los centros electorales permanecieron abiertos desde las siete de la mañana hasta las diez de noche (horas locales), si bien a cualquier persona en la cola en el momento del cierre le sería permitido emitir su voto más tarde. A los que solicitaron el voto por correo también se les permitió entregarlo en mano en su mesa electoral.
Un total de 46,9 millones de personas estaban registradas para votar. Cientos de miles de personas de entre 18 y 34 años solicitaron inscribirse para hacerlo antes de la fecha de cierre el mes pasado, incluyendo más de 450.000 en el último día. Según una encuesta de YouGov realizada a principios de junio sugirió que el apoyo entre los jóvenes de 18 a 24 años era de 71% para los laboristas, en comparación con el 15% para los conservadores. El partido de May es el favorito del 62% de los votantes de más de 65 años, los que se consideran más propensos a votar.
Sin embargo, la participación estimada entre los jóvenes de 18 a 24 años fue del 43% en 2015, en comparación con el 78% de los votantes de 65 años o más. La participación global fue del 66,2% en todo el Reino Unido en 2015, un aumento desde el 65,1% en 2010 y también el más alto desde el 71,4% de 1997, lo que sugiere que aumenta cuando la gente siente que el resultado es incierto y su voto es más probable que haga una diferencia. La candidata más madrugadora fue Theresa May, quien acudió a votar acompañada por su marido, Philip, en un centro de votación en su distrito electoral en Maidenhead, en Berkshire. Su última petición en el cierre de campaña fue recordar a los votantes que la respaldaran para poner en marcha las negociaciones del Brexit con la UE.
“Sólo puedo construir ese mejor país y conseguir el trato correcto en Bruselas con el apoyo del pueblo británico. Así que no importa lo que hayas votado en el pasado, si ese es el futuro que quieres, entonces vota a los conservadores y todos podemos avanzar juntos”, reclamó May.
Por su parte, el líder laborista, Jeremy Corbyn, emitió su voto poco después en la escuela primaria Pakeman en Holloway, al norte de Londres, donde se espera que gane por mayoría por la circunscripción del norte de Islington. Con una escarapela roja en la solapa de su traje resaltaba que “es un gran día para nuestra democracia. Acabo de votar. Estoy muy orgulloso de nuestra campaña”. Corbyn está convencido de que con su campaña electoral de las últimas ocho semanas reformó la política británica. “Mientras nos preparamos para el gobierno, ya hemos cambiado el debate y damos esperanza a la gente. Corbyn espera ahora que la desigualdad pueda ser abordada, que la austeridad puede ser terminada y “hacer frente a las élites y a los cínicos”.
Por su parte, el líder de los liberaldemócratas, Tim Farron, se enfrentó a la lluvia para votar en Stonecross Manor, en Kendal, y lo mismo le ocurrió al líder del euroescéptico UKIP, Paul Nuttall, quien votó en Congleton, en Cheshire.
los votantes Pasadas las siete de la mañana, Claire fue una de las primeras en acercarse al colegio electoral Shacklewell, en el barrio londinense de Dalston, tradicionalmente laborista. Lo hace antes de ir a trabajar: “Me hace ilusión venir a votar, pero no tengo muchas esperanzas de que ganen los laboristas, al menos espero que recorten la ventaja de los conservadores”.
Claire espera que los laboristas consigan un buen resultado y puedan hacer una buena oposición, aunque tiene miedo de vivir “en la burbuja de las redes sociales” y que las encuestas no den un resultado muy cercano al resultado final.
Al mismo colegio acude Ibrahim, en compañía de su mujer, Aminata. Anuncia sin preguntarle que ha votado al laborismo y añade sin pensárselo dos veces: “Jeremy Corbyn es un buen hombre, espero que sea el próximo primer ministro, aunque los medios lo tratan muy mal aquí”.
En el centro electoral de Hide Tower, en el barrio de Westminster, Lisa ha votado lo que cree que: “es menos malo”. Está contenta con su voto, pero todavía “un poco preocupada”, por lo que llama resultado de una buena investigación para saber lo que defienden los candidatos de los dos principales partidos. “El planteamiento tranquilo y pacífico de Corbyn me atrae más que el de May, así como su visión del sistema sanitario y el transporte”. Aunque no esconde su preocupación de que sus políticas son demasiados suaves en materia de inmigración y terrorismo.
Al mismo lugar fueron a votar juntos Simon y Alison. El primero reconoce que “es raro volver a votar tan solo dos años después de las últimas elecciones, pero estoy contento de poder hacerlo”, haciendo referencia a las elecciones de 2015, cuando David Cameron ganó por mayoría absoluta. Está convencido de que repetirán los conservadores, aunque cree que hay muchos que son tímidos y no lo dicen a la cámara.
Además, reconoce que el parón de la campaña por el terrorismo afectó a los dos partidos, pero cree que es lo correcto en estos casos. En el caso de Alison, ensalza que May debatiese en campaña de muchos temas “que no eran fáciles”, pareciéndole muy inteligente que lo hiciese y que el público diese su visión”.