Teherán - El grupo yihadista Estado Islámico (EI) llevó ayer su campaña de terror a la capital iraní, Teherán, con dos ataques coordinados contra el Parlamento y el mausoleo del imán Ruholla Jomeini que causaron al menos doce muertos. Los atentados, que tuvieron como blanco dos edificios simbólicos, son los primeros reivindicados por el EI en Irán, país que ha logrado mantener la estabilidad pese a los conflictos que ensangrentan Oriente Medio. Un total de 42 personas resultaron también heridas en los ataques, según el director de los Servicios de Emergencia, Pir Hosein Kolivand, que no precisó la identidad de las víctimas ni si entre ellas figuran diputados.
La mayor masacre se cometió en el Parlamento, situado en pleno centro de Teherán, donde al parecer fallecieron once personas, entre ellas dos guardias, mientras que en el mausoleo murió un empleado del recinto y varios peregrinos sufrieron heridas.
Los terroristas -seis en total, todos ellos fallecidos en el suceso- entraron en ambos lugares armados con fusiles Kalashnikov, pistolas y explosivos, que emplearon al menos dos de ellos para inmolarse.
Uno de los extremistas detonó sus explosivos en el interior del Parlamento, donde otros tres fueron abatidos a tiros por las fuerzas de seguridad, informó el Ministerio iraní del Interior en un comunicado.
Los asaltantes, que entraron disfrazados de mujeres, tomaron varios rehenes y mantuvieron en jaque a la Policía durante casi cinco horas en las que los disparos fueron una constante.
La parlamentaria Tayebé Siavoshí declaró que la situación era muy confusa y delicada y que les mantenían sin información sobre lo sucedido. Otro diputado, Alireza Rahimí, dijo en su cuenta de la red social Telegram que supieron de este ataque “sin precedentes” cuando uno de sus compañeros entró ensangrentado en la sala en la que se celebraba una sesión parlamentaria abierta. De esta sala se les impidió salir hasta el fin de la operación, incluso a algunos diputados muy afectados porque tenían familiares en otras plantas del edificio.
Los accesos al Parlamento fueron cerrados por la Policía en un ambiente de gran tensión y nerviosismo, con altercados entre los agentes y los ciudadanos. Entretanto, en el recinto del mausoleo, uno de los atacantes se inmoló, se cree que una mujer, y otro fue disparado por la Policía, según la nota de Interior.
Los terroristas abrieron fuego incluso contra una ambulancia, que recibió 16 impactos de bala, aunque no hubo víctimas en el incidente.
La situación fue primero controlada en el mausoleo, mientras que en el Parlamento la operación para reducir a los asaltantes se prolongó debido al gran número de civiles atrapados en el interior.
Además de estas dos células terroristas, una tercera fue detenida antes de que cometiera ninguna acción en la capital iraní, según afirmó el Ministerio de Inteligencia.
Por primera vez Es el primer ataque de este tipo que se produce en Irán, cuyas autoridades celebraron una reunión de urgencia y reforzaron las medidas de seguridad en torno a los edificios oficiales, como la sede de la Presidencia.
El EI, de la rama suní del Islam, había amenazado en varias ocasiones a la potencia chií y las autoridades iraníes habían informado del desmantelamiento de varias células vinculadas con este grupo.
En la reivindicación, difundida por la agencia Amaq, el grupo yihadista anunció que ambos ataques fueron cometidos por “combatientes” de su organización.
Amaq también publicó un breve e inusual vídeo, supuestamente filmado en un despacho del Parlamento, en el que se ve a un hombre armado y una persona muerta con una herida de bala.
Los ataques fueron condenados de forma unánime por la comunidad internacional, desde Rusia, Irak y países vecinos a Irán, hasta la Unión Europea (UE).
El presidente ruso, Vladímir Putin, envió un telegrama a su homólogo iraní, Hasan Rohaní, en el que expresó su disposición a seguir colaborando con sus socios iraníes para acabar con la lacra del extremismo.
Por su parte, el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, aseguró durante su visita a Ankara que los ataques terroristas “fortalecen aún más la determinación de Irán de luchar contra el terrorismo”.
Irán respalda al régimen sirio, junto a Rusia, en su lucha contra la oposición armada y los extremistas del EI, a quien también combate en Irak mediante milicianos chiíes.