Trump llegó acompañado de su esposa, Melania, con vestido negro, el pelo recogido y ataviada con una mantilla corta negra, y fueron escoltados por los "gentilhombres" del papa y la Guardia Suiza a los apartamentos pontificios.

Después el presidente estadounidense entró solo en la llamada Sala del Tronetto, anexa a la Biblioteca Privada, donde se produjo el saludo con Francisco.

La delegación estadounidense, que está compuesta además por su hija mayor, Ivanka; su yerno, Jared Kushner; el secretario de Estado, Rex Tillerson; el asesor de seguridad nacional el teniente general H.R. McMaster, y la portavoz presidencial, Hope Hicks, además de otras ocho personas, esperará en la sala adyacente.

Durante el recorrido, el prefecto de la Casa Pontificia, el arzobispo Georg Gansweim, le explicaba cómo se desarrollaría el saludo y la reunión.

Francisco recibió a Trump con un "encantado de conocerle" y posteriormente ambos pasaron a la Biblioteca privada, donde se sentaron uno frente a otro ante un escritorio y tras algunos segundos de conversación informal, los fotógrafos, cámaras de televisión y periodistas fueron invitados a abandonar la sala y comenzó el diálogo privado, con la ayuda de intérpretes.

El papa se justificó ante el presidente estadounidense de que no habla correctamente ingles, a lo que Trump le contestó que no es así.

Las audiencias del papa con los jefes de Estado y de Gobierno suelen durar una media de 20 minutos y luego se pasa a los saludos de la delegación y el intercambio de regalos.

Además, Francisco debe celebrar hoy la audiencia general en la Plaza de San Pedro que comienza a las 09.30 hora local (07.30 GMT).

El contenido de la conversación del papa y Trump se conocerá solo a través del habitual y escueto comunicado que emitirá la oficina de prensa del Vaticano tras la reunión, ya que el mandatario estadounidense no tiene previsto hacer declaraciones en Italia.

Generalmente es siempre el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, el encargado de profundizar en los temas más importantes y de interés para la Iglesia en la reunión posterior que mantiene con los jefes de Estado y Gobierno, y que también celebrará después con el presidente estadounidense.

Trump se reunirá después con el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, mientras Melania e Ivanka visitarán la Sala Regia y la Sala Clementina, y después junto con el presidente podrán admirar la Capilla Sixtina y entrarán en la basílica de San Pedro.