Londres - Los diputados británicos respaldaron la celebración de elecciones generales el próximo 8 de junio con una abrumadora mayoría de 522 votos a favor frente a solo 13 que se opusieron. Minutos antes de la votación, la primera ministra, Theresa May, defendió que con esta votación las negociaciones del Brexit se verán fortalecidas. Los conservadores, los liberaldemócratas y la inmensa mayoría del Partido Laborista votaron a favor, lo cual consiguió que la moción necesaria poner en marcha elecciones anticipadas superase los dos tercios requeridos por ley. Los que se abstuvieron en bloque fueron los 54 diputados del Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés).

Para May es el momento de poner el destino de Reino Unido “en manos de la gente y dejar que ésta decida”. Pretende así tener una ventaja más abultada frente a los 19 diputados que tiene ahora sobre los laboristas y conseguir hasta 100 más, lo que le proporcionaría “un liderazgo fuerte y estable por el interés nacional”.

La conservadora se mostró decidida a “traer la estabilidad a largo plazo” al Reino Unido y se mostró convencida de que las elecciones supondrán esa estabilidad. “La decisión a la que se enfrenta el país será clara. Estaré haciendo campaña para un liderazgo fuerte y estable por el interés nacional conmigo como primera ministra. Pediré el apoyo ciudadano para seguir entregando mi plan para un Reino Unido más fuerte, para dirigir el país para los próximos cinco años y para dar la certeza y la estabilidad que necesitamos”, dijo la conservadora.

La prensa británica cuestionó ayer su cambio de táctica, tras varias semanas negando un adelanto electoral, pese a que las encuestas le dan una holgada victoria. Algunos tienen claro que May no quiere que su famosa “indecisión” la conduzca al fracaso, evitando así cometer el mismo error del ex dirigente Gordon Brown, quien no convocó elecciones en 2007 poco después de convertirse en primer ministro.

“peor con los conservadores” Una de las diputadas que respondió a May de forma contundente fue la laborista Yvette Cooper, cuestionando sus palabras para defender unas elecciones anticipadas y recordándole que “no es cierto” que el Parlamento esté bloqueando el Brexit. Su jefe de filas, el laborista Jeremy Corbyn, dio la bienvenida a la celebración de las elecciones el 8 de junio, defendiendo que su partido “pondrá los intereses de la mayoría en primer lugar” y reprochándole a la primera ministra cómo habla de una economía fuerte si “la mayoría de la gente está peor que cuando los conservadores llegaron al poder hace siete años”.

Además, el líder de la oposición apuntó a que el partido laborista impedirá que May use el Brexit para convertir el Reino Unido en un “paraíso fiscal”. En un acto celebrado en el sur de Londres, el líder laborista abogó por aumentar el salario mínimo a las diez libras a la hora y por el incremento del gasto en el sistema sanitario público (conocido como NHS), las ayudas y las viviendas sociales.

Corbyn quiere enmarcar las elecciones como si se tratara de la prestación de servicios públicos y el tipo de economía que tendrá Reino Unido después de Brexit, pero descarta “alianzas progresistas” con otros partidos, como los Verdes. John McDonnell, responsable de Economía en el laborismo, calentó el debate en el Parlamento, alegando que los ciudadanos que ganan más de 70.000 libras al año (unos 83.000 euros) deberían pagar más impuestos bajo un gobierno laborista. Llamó así a conseguir un “sistema de impuestos justo” con las corporaciones y los ricos pagando más.

En el caso de la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon cree que un buen resultado del SNP en las elecciones del 8 de junio haría imposible a May frenar un segundo referéndum independentista. “Si el SNP gana esta elección en Escocia y los tories no, entonces el intento de Theresa May de bloquear nuestro mandato para dar al pueblo de Escocia una elección sobre su propio futuro cuando sea el momento adecuado se desmoronará”, ha sostenido Sturgeon en declaraciones a la prensa en Londres.

A medida que continuaba el debate en Westminster, el ex ministro de Economía conservador y partidario de seguir en el bloque común, George Osborne, anunció que se retiraría como diputado para centrarse en su nuevo papel como director del diario gratuito Evening Standard. De hecho, insinuó un posible regreso a la política en el futuro, diciendo que estaba dejando el Parlamento “por ahora” y que “todavía es demasiado pronto” para escribir sus memorias.

Por su parte, Gina Miller, defensora de que Reino Unido siga en la UE y responsable de una exitosa impugnación judicial sobre el Artículo 50, planea lanzar una iniciativa de votación táctica para apoyar a candidatos electorales opuestos a un Brexit duro. El grupo, llamado Best For Britain, lanzará una campaña la próxima semana. “Queremos construir la votación táctica más importante de la historia del Reino Unido para asegurar que los candidatos de todo el país que prometen hacer lo mejor para el país en el proceso de Brexit reciban el apoyo adicional que necesitan para ganar”, puntualizó Miller.