El Cairo - El Ejército sirio y sus aliados recuperaron ayer el terreno que perdieron el domingo frente a facciones islámicas, entre las que figura la exfilial de Al Qaeda, en el extrarradio nororiental de Damasco. La televisión siria aseguró que unidades castrenses retomaron todas las áreas en las que “grupos terroristas” se infiltraron el domingo. Una fuente militar, citada por la agencia de noticias Sans, explicó que los soldados reconquistaron todos los puntos que habían sido controlados por combatientes de la exfilial de Al Qaeda y sus aliados en una zona de fábricas en el norte del barrio de Yobar.

La fuente agregó que la operación militar fue “precisa y decisiva” y que los efectivos gubernamentales causaron un gran número de bajas entre sus oponentes.

El domingo, el Organismo de Liberación del Levante, la alianza de la exfilial siria de Al Qaeda, anunció el comienzo de una ofensiva en Yobar, próximo al casco antiguo de la ciudad, que bautizó como la batalla Servidores de Dios, manteneos firmes. En las últimas horas las fuerzas leales al presidente sirio, Bachar al Asad, reaccionaron con un contraataque en el que avanzaron por la estación de Al Abasiyín y el área industrial, que une las partes que dominan las facciones en Yobar y en el vecino distrito de Al Qabún, detalló el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Intensos combates Los disparos de artillería y los bombardeos de aviones no identificados fueron intensos en las últimas horas en Yobar, donde se registraron un centenar de ataques aéreos, apuntó la fuente.

Sin embargo, a última hora de la tarde, se impuso una calma aparente en esa parte de la capital, donde cesaron los bombardeos y los choques, tras el progreso de las fuerzas armadas. De acuerdo a datos de la ONG, al menos 47 efectivos gubernamentales sirios y combatientes islámicos murieron desde el domingo en los enfrentamientos en esa área. En los combates participan varias facciones aparte del Organismo de Liberación del Levante, como el Movimiento Islámico de los Libres de Sham y la Legión de la Misericordia. En un comunicado este último grupo informó de que el avance de las facciones se detuvo en la estación de Al Abasiyín. Afirmó que los insurgentes destruyeron algunos carros de combate y vehículos blindados de sus adversarios, y les arrebataron armas medianas.

La nota añadió que las organizaciones armadas avanzaron en dirección a un bloque de edificios desde el que se podría cortar una de las carreteras principales de Damasco.

Durante los combates de ayer, un edificio en desuso de la Embajada de Rusia en la capital siria sufrió daños por disparos de artillería, dijo el embajador de este país, Alexandr Kinschak, a medios rusos.

El diplomático detalló que ese inmueble “se encuentra en un barrio cercano a los territorios controlados por las grupos armados ilegales. Dado que está en una zona de alta peligrosidad, nos vimos forzados a renunciar a su uso”.

Los combates se recrudecieron en el noreste de Damasco, después de que la semana pasada las fuerzas gubernamentales progresaran por esa zona e impusieran un cerco a los distritos de Al Qabún, Barze y Tishrín, en la periferia nororiental.

El comandante de la sala de operaciones del Ejército Libre Sirio en Damasco y su periferia, Abu Zuheir al Shami, precisó por teléfono que el objetivo del ejército es convertir esas áreas en “un nuevo valle del Barada y forzar el desplazamiento de sus habitantes a través de un asedio”. Al Shami se refería a la región, situada al noroeste de la capital siria, donde las autoridades impusieron un cerco a las zonas bajo el dominio de los opositores tras un mes de ofensiva, entre finales de 2017 y principios de este año, que acabó con un acuerdo entre ambas partes a finales de enero.

En virtud de dicho pacto, los rebeldes aceptaron abandonar el valle del río Barada, que abastece de agua a Damasco, a cambio de que el ejército tomara sus posiciones. Al Shami explicó que ahora “el régimen centra sus operaciones en Al Qabún, Yobar y Barze, porque son la puerta de entrada a Guta Oriental”, el principal bastión opositor de las afueras damacenas.

El pasado día 15 se cumplió el sexto aniversario de la guerra en Siria, donde más de 321.000 personas han muerto, según el Observatorio.