Erbil - Tras la expulsión del grupo terrorista Estado Islámico (EI) de la mitad oriental de la ciudad de Mosul, han surgido tensiones entre las fuerzas iraquíes y milicias locales por el control de esta zona de la urbe, basadas en viejas disputas y acusaciones.

El exgobernador de la provincia de Nínive, de la que Mosul es capital, y actual líder de la milicia Guardia de Nínive, Azil al Nuyaifi, ha declarado su intención de hacerse cargo de la seguridad de 30 barrios y zonas orientales de Mosul, donde actualmente están desplegados soldados y policías iraquíes.

Al Nuyaifi, al cual se le responsabilizó de la caída de la urbe en manos de los extremistas en junio de 2014, también ha propuesto crear comités populares para la coordinación entre los residentes y sus milicias, integradas principalmente por árabes suníes y expolicías originarios de Nínive, entrenados por tropas turcas.

Pero la Comandancia de las Operaciones Conjuntas, que dirige la campaña militar contra el EI en el norte de Irak, ha rechazado el movimiento de Al Nuyaifi y ha asegurado que le arrestará, si se atreve a pisar la ciudad de Mosul. De hecho, existe una orden de arresto contra él, emitida el pasado mes de octubre por “colaborar con un país extranjero”, en referencia a Turquía, aunque Al Nuyaifi se encuentra en la región autónoma del Kurdistán iraquí y no ha sido detenido hasta el momento. El portavoz de la Comandancia, Yehia Rasul, subrayó en un comunicado de finales de enero que las unidades del Ejército y la Policía son los que tienen la misión de asegurar el este de Mosul y que las milicias solo pueden desplegarse en territorios fuera de la urbe.

Este es el caso de todas las milicias, no sólo de la Guardia de Nínive, y en concreto de la chií Multitud Popular, bajo cuyo paraguas legal se encuentra actualmente el grupo de Al Nuyaifi, por una decisión gubernamental de unificar todos los batallones que participan en la ofensiva contra el EI.

Los guardianes de Nínive están presentes ahora mismo en cinco distritos del este de Mosul, de unos 80 que se encuentran en la orilla este del río Tigris, que atraviesa la ciudad de norte a sur.

Un residente de Mosul, Salim Saleh, de 46 años, dijo que impedir que la Guardia de Nínive asuma la seguridad de algunos barrios de Mosul es “una falta de respeto” a sus integrantes, que proceden de la propia ciudad. Saleh añadió que la milicia contribuyó a la liberación de algunos barrios de la urbe y localidades de los alrededores, y que 36 de sus hombres cayeron en combate. Asimismo, subrayó que la Guardia “representa a todos los componentes de Nínive” porque en ella hay árabes, kurdos, turcomanos, musulmanes, cristianos y yazidíes (minorías étnicas o religiosas presentes en la región).