Beirut - La victoria del Ejército sirio en la ciudad de Alepo, la mayor del norte del país, es un hito en los más de cinco años de guerra en Siria, pero no supondrá el fin del conflicto, afirmaron ayer varias partes implicadas. “Si el régimen tiene actualmente solo una parte del territorio (de Siria) ¿crees que va a detener la lucha?”, se preguntó el líder del opositor Ejército Libre Sirio (ELS), general Ahmed Berri. “Desafortunadamente, la batalla continúa en todos los frentes; hace tres días atacamos un puesto de control del régimen en la localidad de Hama (centro), donde destruimos un tanque y matamos a diez de sus miembros”, señaló. Berri subrayó que las operaciones de sus combatientes prosiguen en las afueras de Damasco, tanto en Guta Oriental como Occidental y en Al Qalamún, en la provincia de Al Quneitra (sur) y en Latakia, en la costa mediterránea siria, entre otros lugares.

Además, el general rebelde recordó que no toda la provincia de Alepo está en manos de los efectivos gubernamentales sirios y de sus aliados, “el régimen puede que tenga el 13 o el 14 % de la región, mientras que los revolucionarios están en el norte, el oeste y el sur”.

Ayer, la Comandancia Suprema de las Fuerzas Armadas Sirias proclamó en un comunicado “el regreso de la seguridad a la localidad de Alepo tras liberarla del terrorismo y de los terroristas”, después de que acabara la evacuación de las últimas personas que quedaban en los distritos asediados del este.

El Ejército inició una ofensiva el pasado 15 de noviembre en la mitad oriental de Alepo, que estaba dominada por rebeldes y yihadistas, en la que arrebató a las facciones armadas la mayoría de los barrios en su poder hasta dejarlos arrinconados y obligarles a aceptar un acuerdo de evacuación.

Berri reconoció que los rebeldes no pueden luchar contra el poderío de la aviación rusa, que respalda a los efectivos gubernamentales: “Por eso, tenemos una estrategia de ‘lucha de daños’, es decir, dondequiera que esté el régimen le golpeamos”. - Efe