Londres - El ministro británico de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, defendió ayer las motivaciones y las oportunidades del Brexit y aseguró que el Reino Unido mantendrá una actitud “global” y “abierta” cuando salga de la Unión Europea (UE). Johnson, que accedió al cargo en julio, pronunció su primer gran discurso sobre política exterior en el respetado centro de estudios londinense Chatham House, en el que expuso sus prioridades tras el voto por abandonar la UE en el referéndum del 23 de junio. El titular del Foreign Office hizo un repaso a la historia del Reino Unido en el último siglo y medio, y constató que este país “ya no es un imperio” -lo que, añadió, es un “alivio”-, por lo que instó a abordar las relaciones internacionales con confianza pero con “realismo”. Explicó que, en la era post-Brexit, el país debe afrontar el mundo con “humildad”, pero sin que esto le impida “tener un papel protagonista en la escena mundial” y ser “una fuerza para el bien”.
Johnson aseguró que el voto por el Brexit, que él defendió en la campaña, no significa que el Reino Unido “vaya a dar la espalda” a la UE, todo lo contrario, “pues interesa a todas las partes la estabilidad” del proyecto europeo. “Quiero enfatizar que el Brexit no significa un Reino Unido que se cierra en sí mismo. Sí, es un país que recupera el control sobre sus instituciones democráticas, pero no una nación que recoge el puente o cierra la puerta”, declaró. También dijo que el Gobierno británico no buscará socavar los planes de la UE para una mayor integración europea en materia de Defensa. “Hay conversaciones en torno al deseo de la UE de construir una política común de defensa y seguridad y una nueva arquitectura para ello. Si quieren hacerlo, está bien -obviamente, también deberían contribuir un 2 % del PIB en defensa-” en la OTAN, declaró.
Bajo “estrictas instrucciones” del Gobierno, encabezado por la primera ministra, Theresa May, evitó dar detalles sobre el enfoque que tomarán las negociaciones con Bruselas sobre el Brexit, que se prevé que empiecen a finales del próximo marzo. Sí insistió en que el voto por abandonar la UE no respondió a que los británicos sean “racistas o xenófobos”, sino que fue un voto “por la democracia”.
Johnson explicó que, al frente del Foreign Office, expandirá “el comercio libre”, ampliará las relaciones con China y seguirá siendo un agente importante en la resolución del conflicto en Oriente Medio.
Dijo que la estrecha relación con Estados Unidos “perdurará”, y apoyó al presidente electo estadounidense, Donald Trump, en su queja sobre la falta de contribuciones de los países de la OTAN, a los que conminó a destinar a la organización un 2% de su PIB y un 20% del presupuesto de Defensa.
Cuando se materialice el Brexit, al Reino Unido no le faltarán socios comerciales, insistió el ministro, que señaló que los países de la Commonwealth (la comunidad de excolonias y protectorados británicos) “están haciendo cola” para firmar tratados. Johnson subrayó la importancia de la cooperación global al asegurar que el mundo “no está en buena forma”, con “la democracia en retirada y un retorno del culto al hombre fuerte”, así como “un arco de inestabilidad en Oriente Medio”. - Efe