Nueva York - Si hay algo que no le gusta a quienes manejan Wall Street es que el populismo se instale en la Casa Blanca o haya un presidente errático y víctima de un temperamento incontrolable, ya sea demócrata o republicano. Y si hay algo que sí le gusta es un presidente demócrata y un Senado republicano, pues piensa que eso equilibra poderes y, al fin y al cabo, tanto la política como los negocios se benefician de las ventajas del regateo y la negociación. Es por ello que, por ejemplo, el pasado viernes el Dow Jones pasó de ir ganando un 0,30 % a perder el 0,30 % en pocos minutos después de que las posibilidades de triunfo electoral de Clinton se redujeran por las nuevas pesquisas del FBI en el caso de los emails de la ex secretaria de Estado. “A los mercados verdaderamente les gustan los demócratas en el Despacho Oval. Es casi un factor de dos contra uno”, sostiene el directivo del banco privado BMO Jack Ablin.
Desde 1900, recuerda, el Dow Jones tiende a comportarse mejor bajo presidentes demócratas, superando a los republicanos del 8,4 a 6,1 % en cuanto a las posibilidades de rendimiento bursátil. Pero si se mantienen los republicanos en el control del Senado, las preferencias son mejores frente a un control demócrata de la principal cámara del Capitolio (8,1 % frente a 6,1 %).
A Wall Street le convence más el tono moderado de Clinton y le preocupa el temperamento de Trump y su tendencia a recurrir a gestos de populismo para atraer votos, y sabe que el ejemplo del Brexit es un mal precedente en ese sentido. “Con políticas populistas puede haber una posibilidad real de regresar a tasas de inflación sin crecimiento. Es un escenario difícil de ignorar”, sostiene el director gerente de la firma de estudios MSCI, Remy Briand. - A. de Gracia