Roma - Francisco dijo ayer que los Gobiernos no pueden cerrar las fronteras a los refugiados, pero también aconsejó “prudencia” en la acogida y que ésta se haga sobre la base de las posibilidades de cada país. “En teoría no se puede cerrar el corazón a un refugiado, pero también hay que usar prudencia. Los Gobiernos tienen que ser muy abiertos a la hora de recibir, pero también calcular cómo poder colocarles”, dijo Bergoglio en el vuelo de regreso desde Suecia. El pontífice explicó que no sólo se trata de “recibir a los refugiados” sino que también considerar “la capacidad de integración”.- Efe
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