Londres - Lo que parecía un intento de la primera ministra británica, Theresa May, de acercar posturas con los líderes de las nacionalidades del país para tener una postura común y colaborativa de cara a las negociaciones del Reino Unido para la salida de la Unión Europea, terminó con la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, tildando la reunión de “muy frustrante”.
La conservadora May ofreció ayer en Londres a la independentista Nicola Sturgeon, así como a sus homólogos de Gales, el laborista Carwyn Jones, y de Irlanda del Norte, la unionista Arlene Foster, tener una intervención directa sobre el Brexit, pero recibió una respuesta más bien escéptica. De hecho, la responsable escocesa señaló que no “había aprendido absolutamente nada nuevo acerca de los planes del Gobierno”.
“Hemos tenido un intercambio muy franco de puntos de vista, pero no me importa admitir que una gran parte de la reunión fue muy frustrante”, explicó Sturgeon, diciendo que esa era la manera más justa de resumir la atmósfera en la reunión celebrada en el Número 10 de Downing Street. Sus críticas fueron aún más duras cuando lamentó que, por mucho que incidió, no pudo encontrar “algo que no existe”, pues Downing Street “todavía no tiene una posición de negociación” como gobierno.
Sturgeon repitió una vez más como su gran intención es proteger los intereses de Escocia, por lo que “no está dispuesta a dar un paso atrás y ver a Escocia tirarse por el acantilado de un Brexit duro”. Para la primera ministra escocesa, Londres simplemente no está abierta con su agenda, no dándosele a ella y sus homólogos “nada de claridad” sobre cómo será la salida de la UE, pese a estar reunidos durante las dos horas que duró el Comité Ministerial Conjunto (JMC, por sus siglas en ingles).
La de ayer fue la primera reunión de este comité, que reúne a los líderes de las administraciones descentralizadas del Reino Unido, desde la victoria del Brexit en el referéndum del pasado 23 de junio. Desde Downing Street tienen grandes esperanzas puestas en la JMC, al que ven como el foro para escuchar a las administraciones descentralizadas y con una “línea directa” con el ministerio del Brexit, capitaneado por el ministro conservador David Davis.
El principal alegato que hace May es que Escocia siga teniendo acceso al mercado único de la UE, incluso si el resto del Reino Unido opta por salir, pero ayer reconocía que no sabía si esto iba a ser posible. “Estamos escuchando palabras que dicen que ella va a considerar opciones como esa, pero hasta ahora, esas palabras no se corresponden con los hechos”, dejó claro Sturgeon.
El caso de Gales En el caso del representante galés, Carwyn Jones, coincidió con Sturgeon y habló de “enorme incertidumbre” en torno a la estrategia de May para negociar el Brexit, por lo que considera difícil que el conjunto de las nacionalidades puedan participar en el proceso. “Discutí con fuerza para tener acceso completo y sin restricciones al mercado único, pues mi prioridad sigue siendo la economía de Gales, así como ver más y mejores puestos de trabajo aquí”, añadió el laborista.
Jones no apoyará ningún acuerdo del Brexit que signifique la imposición de aranceles comerciales sobre los bienes producidos en Gales, considerándolo “una línea roja” y tiene claro que la posición negociadora de May con los líderes europeos será más difícil si no tiene el apoyo de todos los territorios del Reino Unido. Además, para Jones es imprescindible que a médicos, enfermeras y responsables de empresas no les sea impedido que lleguen a trabajar a Gales.
Desde Irlanda del Norte, McGuinness apuntó a la responsabilidad conjunta para gestionar el proceso del Brexit. “A medida que este proceso se mueve, tenemos que estar lo más dentro posible”, aclaró a los periodistas.
Desde el Gobierno británico, un comunicado de la oficina de May apuntó a que Reino Unido se enfrenta a una negociación “de enorme importancia”, por lo que considera imprescindible que las administraciones descentralizadas trabajen juntas y “consigan que funcione”. Para la primera ministra británica, no hay duda de que la “gran unión entre nosotros” fue la piedra angular de la prosperidad del país en el pasado y lo considero “absolutamente vital para tener éxito en el futuro”.
Así, May prometió que el JMC, presidido por Davis, se reunirá al menos dos veces más antes de que finalice el año, ambas con la fecha de marzo de 2017 en el horizonte, cuando la primera ministra quiere que se active el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que iniciará la negociación con Bruselas. Durante su intervención en el parlamento, May dijo que el Reino Unido será “el más apasionado, entusiasta y convencido” partidario del libre comercio con el mundo cuando se produzca la salida de la Unión Europea, defendiendo ante el resto de parlamentarios la necesidad de “desarrollar nuestro propio modelo británico”. Así, expresó su decepción por el estancamiento de las negociaciones para el Tratado de Libre Comercio entre la UE y Canadá, tras siete años de duras negociaciones.