Washington - El candidato republicano Donald Trump se reunió ayer con su recién creado Consejo Nacional Hispano de Asesoramiento, un conjunto de líderes empresariales, civiles y religiosos, con el que el magnate busca relanzar su debilitada posición en las encuestas entre la comunidad hispana tras numerosas declaraciones polémicas.

La campaña de Trump y el Comité Nacional Republicano presentó ayer al Consejo como “un grupo diverso de líderes nacionales hispanos que asesoran a la campaña y comparten las propuestas de Trump con la comunidad hispana”. “Su participación es solo uno de los componentes de nuestro esfuerzo expansivo para comprometernos con la comunidad hispana, y su colaboración nos ayudará a competir por cada voto en cada comunidad hasta el día de las elecciones”, apuntó Reince Priebus.

Con esta iniciativa, el Partido Republicano buscar establecer puentes con la comunidad hispana, que, de acuerdo a las encuestas, parece inclinada de manera mayoritaria a votar por Clinton en las elecciones de noviembre. Durante la campaña electoral, el magnate republicano ha realizado numerosas declaraciones controvertidas que han provocado que los hispanos en Estados Unidos le den la espalda. Por ejemplo, Trump ha calificado a los inmigrantes provenientes de México de “violadores” y responsables del tráfico de droga, y ha prometido la construcción de un muro en la frontera sur estadounidense para frenar la inmigración irregular.

El candidato republicano a la Casa Blanca suavizó el sábado su discurso sobre los millones de indocumentados que viven en EEUU y anticipó que esta semana presentará un plan para solucionar su situación migratoria, según líderes hispanos con los que se reunió en Nueva York. En cambio, ayer su nueva jefa de campaña, Kellyanne Conway, declaró que los planes de deportación masiva de millones de indocumentados propuestos por Trump serán desarrollados “en las próximas semanas”. Conway dejó así en el aire uno de las propuestas más controvertidas del magnate, quien ha afirmado durante la campaña que quiere emplear “una fuerza de deportación” que saque de EEUU a los 11 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula que viven en el país. - Efe